Alberto Pérez es profesor de matemáticas de Secundaria en el Colegio Amor de Dios de Madrid y es uno de los diez ganadores del Concurso Smartick a los mejores problemas de matemáticas. Afirma que las matemáticas es la materia «hueso» más temida y amada, considera vital que los profesores transmitan su pasión por las matemáticas, que los alumnos sean perseverantes para dominar la materia y que los padres dediquen tiempo a que sus hijos se interesen por ellas.
¿Por qué te interesan las matemáticas? ¿Por qué crees que son importantes?
Las matemáticas enseñan a pensar, a valorar el esfuerzo y a ser perseverantes. En ellas no hay grises, solo blanco y negro, lo que no es correcto es incorrecto, lo que no es verdadero es falso. Son la base de las ciencias naturales, sin ellas no tendríamos comunicaciones, electricidad, medios de transportes…, la calidad de vida se vería muy mermada.
¿Consideras que hoy en día se enseñan bien en los colegios? ¿Se enseñan de forma diferente que hace años?
No es cuestión de un colegio u otro, ni de una época u otra. ¡Cada maestrillo tiene su librillo! Si un profesor es un apasionado de las matemáticas, si las sabe explicar y si crea un ambiente de aprendizaje agradable, entonces, sus alumnos serán dichosos.
¿Cuáles son los principales obstáculos que tienen los niños a la hora de aprender matemáticas?
El sistema educativo español actual se basa mucho en el aprendizaje memorístico y repetitivo y poco en el razonamiento y la creatividad. Los niños, desde pequeños, tienen demasiadas materias en las que aprenden de memoria y tienden a aplicar el mismo método a las matemáticas.
Se persiguen resultados inmediatos al estilo internet (tocar un botón y conseguir lo que se busca). En matemáticas eso es imposible, se requiere trabajar duro y ser perseverante.
¿Crees que los padres de los alumnos son conscientes de la importancia de las matemáticas más allá de los resultados académicos?
Sí, los padres saben que si su hijo aprende matemáticas tiene un futuro más claro por delante. Es la materia “hueso” de todos los centros educativos, la más temida y amada.
Si una madre o padre te preguntara qué es lo mejor que pueden hacer para que su hijo se interese por las matemáticas, ¿qué le dirías?
Cuando vaya por la calle juegue con su hijo a buscar matrículas de coches curiosas, mida con pasos si su plaza de garaje es mayor o menor que la de al lado, busque figuras geométricas en las aceras, formas en las nubes…
Juegue con su hijo al ajedrez, al monopoly, al mastermind…
Vea con su hijo películas y documentales de temas matemáticos y háblele de Pitágoras, Arquímedes, Newton, Edison…
¡Dedíquele tiempo!
¿Crees que los alumnos que van bien en matemáticas también son buenos en las demás asignaturas?
Por lo general, sí. Aunque si son muy buenos en matemáticas, seguro que se aburrirán bastante en materias en las que los profesores dicten apuntes y exijan aprenderlos de memoria. Espero que algún día esto no suceda más.
¿Crees que es posible/conveniente adaptar la enseñanza de matemáticas al ritmo de aprendizaje de los niños?
Sería lo ideal, pero me temo que muy difícil de conseguir en un sistema educativo y social que se basa en tratar a todos por igual. Lo que se consigue es que los que aprenden con lentitud no puedan seguir el ritmo y los que aprenden con rapidez se aburren. ¿Qué diría la sociedad si en cada centro docente y en cada curso hacemos dos o tres grupos diferentes en función de sus necesidades matemáticas?
¿Qué iniciativas o métodos has desarrollado como educador? Cuéntanos alguna anécdota o historia más gratificante como profesor de matemáticas?
¿Para qué vale esto? Es la pregunta que dejo como deberes cada vez que empezamos un tema nuevo. Al siguiente día dedico el tiempo necesario para mencionar aplicaciones en la vida diaria del tema que vamos a estudiar. Por ejemplo, la semana pasada empezamos con las funciones y hablamos de la bolsa, del polígrafo, del electrocardiograma. Alguien trajo el libro de salud que le entregan a cada niño español en el que aparecen varias gráficas de crecimiento en función de la edad y vimos quiénes estaban por encima y por debajo de la media en altura.
Considero que resolver problemas es mejor que hacer tediosos ejercicios de operatoria. Como resolver el problema requiere dominar la operatoria, se aprende la operatoria y se aprende a pensar.
Experimentos matemáticos. Intento mostrar experimentalmente que lo que aprendemos se cumple. Hemos medido la altura de una farola y el diámetro del Sol usando el teorema de Tales, hemos medido el radio de la Tierra por el método de Eratóstenes, hemos pelado una naranja y medido su superficie, hemos comprobado que el volumen de un cono es la tercera parte del volumen del cilindro, de igual base y altura, rellenando recipientes con arroz…
Fomento la participación en olimpiadas y concursos matemáticos, así como la realización de trabajos de investigación.
Anécdota gratificante: En 2010 el matemático ruso Grigori Perelman rechazó el millón de dólares de recompensa que le otorgó el Instituto Clay por haber resuelto la conjetura de Poincaré (uno de los siete problemas del milenio). Comenté la noticia en clase y Roberto, uno de los alumnos, se mostró muy crítico con la decisión de Perelman. En estos tiempos que el dinero tiene tanta relevancia, un chico de secundaria no es capaz de entender esa actitud. Le propuse que investigara las razones por las que el matemático rechazó el premio y después de unas semanas presentó su trabajo en clase, lo tituló “Honor o dinero”. Su opinión había girado 180°, comprendió el valor relativo del dinero y el valor absoluto del honor. Hoy Roberto estudia el grado en Matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid.
¿Cómo conociste la convocatoria de los premios Smartick?
Desde hace años mi colegio participa en el Concurso de Primavera de Matemáticas y los organizadores del evento me enviaron la convocatoria. Me pareció una idea interesante porque sirve para poner en valor el trabajo de los profesores de matemáticas.
¿Te resultó complicada la elaboración del problema?
Me resultó gratificante. Estaba viendo con mis hijos la película Jurassic Park y el pequeño me preguntó cómo un animal tan grande y pesado podía correr tan rápido. Para contestarle investigué el asunto. El problema es la respuesta a la pregunta del niño.
¿Has probado el método Smartick? ¿Qué te parece?
Me parece interesante para niños de primaria, acerca a ellos las matemáticas de forma divertida y hace que aprenderlas sea natural. Como profesor de secundaria, exhorto a Smartick a extrapolar la idea a chicos mayores (13 a 18 años).
Para seguir aprendiendo:
- «Las matemáticas desarrollan y ejercitan el pensamiento»
- ¿Cómo se resuelven los problemas de ecuaciones?
- En la enseñanza de las matemáticas se abusa de los procedimientos
- Profesores: ¿qué sabemos de ellos? (I)
- Saber matemáticas parece un objetivo en sí mismo