Una de las cosas maravillosas de Smartick es permanecer en contacto con las familias de los alumnos que más tiempo llevan con nosotros. Es el caso de Romeo, un niño de altas capacidades con una madre, Raquel, que se involucra mucho para que estos niños tengan la atención que se merecen. En Smartick ponemos nuestro grano de arena con toda una parte del método dedicada a ellos. Raquel nos ha querido contar que Romeo se ha aficionado a la música, algo que suele pasar a muchos niños apasionados también con los números.
¿Cómo empezó la relación de Romeo con la música?
Con 4 años comenzó en la escuela municipal, en la actividad “música y movimiento”. A principios del curso pasado optó por otras actividades, pero en el mes de enero de este año volvió a la música, comenzó a dar clases de trompeta y de lenguaje musical; como el curso ya llevaba un trimestre, tuvo una pequeña adaptación curricular durante el primer mes para nivelar con sus compañeros. Además, en esa misma fecha empezó a participar en la coral infantil de nuestra localidad. Sus profesores observaron que, más allá de disfrutar, tiene aptitudes para la música. También le ofrecimos la oportunidad de presentarse a las pruebas para acceder al conservatorio y le entusiasmó la idea, solicitamos a la dirección del centro que pudiese realizar las pruebas un año antes, tal y como establece la ley para niños con altas capacidades. Ha conseguido acceder y debido a su buena posición ha podido elegir instrumento, decantándose por el Violonchelo; está emocionado, deseando que comiencen las clases.
Hay quien mantiene que la música tiene algo de lenguaje matemático ¿notas que es así? Hay muchos niños buenos en matemáticas que son buenos con la música ¿por qué crees que pasa?
Tanto el matemático como el músico se enfrentan a la resolución de problemas, componiendo o interpretando. Se las relaciona aludiendo al nivel de abstracción y a las relaciones temporales y espaciales que ambas trabajan. Con la lectura musical, las audiciones o la práctica instrumental se ponen en juego elementos y conceptos como los relacionados con el compás, relaciones de proporción, altura, duración, intervalos, etc. Por otro lado, ambas son muy motivadoras y requieren concentración, quizá estos sean algunos de los motivos que hacen que los niños buenos en matemáticas lo sean con la música.
¿Cómo sigue Romeo con Smartick?
Sigue disfrutando, sus sesiones favoritas son las de lógica. Le gusta tener solicitudes de amistad y hacer regalos a sus amigos. En nuestro caso Smartick es un gran aliado y es que, a pesar de estar acelerado un curso, Romeo ha necesitado ampliación curricular en algunas asignaturas, entre ellas matemáticas. Por otra parte, los últimos meses de clase le han resultado un poco aburridos, pero gracias a Smartick y a poder avanzar a su ritmo ha conseguido mantener la motivación. Esperamos que para el próximo curso se vuelvan a tomar las medidas oportunas y consigamos ese tándem colegio-Smartick que a nosotros nos resulta tan beneficioso.
¿Crees que deberían fomentar más y facilitar la relación de la música y los niños de altas capacidades?
Creo que sí, se debe fomentar y facilitar más la relación con la música, pero con todos los niños, independientemente de sus capacidades, porque con la música ocurre como con Smartick, que el límite lo marca el niño. Ayuda a mejorar la concentración y la memoria, contribuyendo con ello al aprendizaje de otras habilidades y eso beneficia a todos los niños, tengan altas capacidades o no.
Para seguir aprendiendo:
- “Smartick es una manera de no poner freno a sus ganas de aprender”
- Altas Capacidades en Smartick. En busca del nuevo Steve Jobs
- Mejor educados: «Dos años de LOMCE, ¿cómo nos ha ido?»
- ¿Mi hijo tiene altas capacidades?
- Smartick en el primer tercio del partido