El pesimismo está extendido entre los que creen que el progreso tecnológico de un país depende en buena medida en los universitarios de ciencias puras. Obama pedía esfuerzos al inicio de su legislatura en la divulgación de las ciencias para evitar que la inmensa mayoría de los estudiantes de estas disciplinas fueran asiáticos en las mejores universidades. Aquí nadie hizo un llamamiento semejante.
Hace dos años, en este artículo de Público se constataba la casi posibilidad de un desastre: que esas carreras se quedaran sin estudiantes. Pues bien, no sabemos exactamente cuáles son las causas pero el caso es que este año, al menos en matemáticas, han subido las matriculaciones. Parece ser que los estudiantes se están dando cuenta de que la docencia no es la única salida y, finalmente, ya saben que detrás de cualquier avance tecnológico suele haber mucho cálculo. Y, lo que es muy bueno para el país, sí puede ser que hayan percibido que el esfuerzo rinde sus frutos. En plena burbuja inmobiliaria, cayeron las matriculaciones porque casi nadie quería pasarse años estudiando mucho para acabar ganando menos que en profesiones sin cualificación. Pero el panorama ha cambiado radicalmente. Como dice este otro blog, las matemáticas están de moda. Y no saben lo que nos alegramos desde Smartick.
Para seguir aprendiendo:
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