El día cuatro llegó con lluvia y charcos, tormentas de verano en Madrid y la tercera planta de Almagro 5 estaba un poco más oscura. Pero las niñas enseguida se pusieron con su sesión de entrenamiento matemático con Smartick y algunas (las que no lo habían hecho el lunes) estuvieron programando con Robby, el pequeño robot con el que enseñamos programación en Smartick. Otras, además, estuvieron jugando con Jaquematick, moviendo piezas de ajedrez virtuales antes de que Marcelo les pusiera a moverse de verdad en un tablero en el suelo.
Hubo una niña que llegó un poco tarde pero se lo perdonamos, porque su familia ha venido la semana entera desde Jerez al campamento y aprovechan las tardes para hacer turismo. ¡Tenemos otra que viene cada día desde Valladolid! Una de las cosas más bonitas de ver en la sala que sirve de campamento temporal es la ilusión con la que las niñas conocen a otras que hacen Smartick. “Qué bien haberte conocido, Carlota”, decía una niña que se ha hecho inseparable de otra. Por supuesto, ya se han hecho amigas Smartick en el mundo virtual y ayer se pusieron de acuerdo para tener un avatar idéntico, muy hippy, con trenzas y el símbolo de la paz, que no sabíamos nosotros que los cracks que se encargan de los disfraces ya habían caído en el Flower Power. “Somos gemelas hippies”, decían riéndose. En una esquina de esa misma mesa, Carolina, que llegó con un poco de sueño, pedía papel y rotuladores porque ella lo que quería era dibujar de verdad a su avatar “pero desnuda, y luego dibujo sus disfraces y hago un recortable” y es lo que hizo para nuestro asombro. “Es que me encanta dibujar, yo podría no dormir y pasarme toda la noche dibujando”, nos explicaba.
Después llegó el ajedrez y, al acabar, antes del descanso y de irse, Marcelo les recordó que dejaba allí un tablero “por si queréis jugar”. Y claro que lo cogieron. Otras se inclinaron por las piezas de construcción y nos asombraron con su geometría: “Estoy deseando hacer un dodecaedro”. Justo cuando estaban acabando la merienda matutina, apareció por allí Daniel González de Vega, cofundador de Smartick, y estuvo preguntando a las niñas qué es lo que menos les gustaba. Alguna dijo que las sumas y restas y otras que las series. Las hay que hablan con el pozo de las sugerencias y Desi aprovechó para explicar que el pozo sólo responde a cuestiones importantes. Una niña contó que un día se había atascado y escribió al pozo para decirle que no lo entendía muy bien y le ayudaron.
Mientras Daniel hablaba con ellas, ya estaban Carmen y Beatriz preparando los ordenadores para la siguiente sesión de robótica y realidad virtual. Muchas niñas le dijeron a Daniel que la robótica era lo que más les estaba gustando del campamento y dijeron que no, que no era porque Carmen y Beatriz estuvieran delante. En las mesas, además desplegaron cables y frutas, entraron en Scratch, e hicieron con ellos un piano de distintos sonidos.
En la sala de fuera hablábamos con Sara Gómez, ingeniera industrial y responsable del proyecto de Mujer e Ingeniería de la Real Academia de Ingeniería. Nos contó que está tan entusiasmada con esto que, si fuera millonaria, invertiría mucho en el proyecto porque de verdad cree que es muy importante para el progreso. Así que si hay millonarios ahí fuera, ya saben. Y Javi Gómez, primer doctor salido de Estalmat, nos estuvo hablando de su profesor del colegio Alemán de Madrid, que ha transmitido el virus de las matemáticas a decenas de niños que se están dedicando profesionalmente a ellas.
Cuando empezó la charla, salió Princeton, que es donde Javi está trabajando, y Einstein, al que conocían todas las niñas. Fue muy chulo ver cómo se puede ir saltando de un tema a otro de la mano de las matemáticas y de la ingeniería, del agua en África al lago de la Casa de Campo, de los cimientos anti terremotos al estudio de las epidemias. Además, les contamos que son las niñas más afortunadas del mundo por haber nacido aquí y ahora, que aprovechen todas las oportunidades. Andrea dio una definición de “tener personalidad” tan buena como el día anterior sobre el “presupuesto”. Al final, hubo niñas que quisieron que Sara y Javier les firmaran las mochilas.
Ya no habrá por problemas de logística resumen del quinto día. Sólo decir a los padres que tienen unas niñas muy bien educadas, amables, con curiosidad y que ha sido un verdadero placer conocerlas. Ojalá sigan siempre con tantas ganas de aprender, sin miedo a las matemáticas y lleguen con todas las puertas abiertas para ser lo que quieran de mayores. Y si les apetece volver a ver a Desi y a todo el equipo, que nos escriban a Smartick y vengan a conocer la oficina. Muchas gracias a Carmen y a Beatriz, porque es una maravilla verlas transmitir con tanta pasión. Y a Miguel, Sara, Gabriela, Marisa, César, Eva, Carlota, Patricia, Desi, Yolanda, Marcelo…
A todos, que la fuerza de las mates nos acompañe. Un abrazo:
Equipo Smartick.
Para seguir aprendiendo:
- Campamento tecnológico Smartick: coding en el día 2
- Campamento tecnológico Smartick: maravilloso día 1
- Campamento Smartick: Ajedrez, un ordenador y trenes en el día 3
- Campamento Smartick de matemáticas y tecnología para niñas 2019
- Carta de despedida del campamento Smartick
Información de 4 y 8 años
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