Los números, ya lo sabemos, nos dejan hablar de todo porque, bueno, siempre hay uno por medio.
Por ejemplo, Marie Curie. Sí, química. Pero hace 100 años de su primer Nobel y este lunes, hubiera cumplido 144 años. O sea, consiguió el premio antes de que muchas mujeres pudieran votar y fue la primera persona en recibirlo dos veces.
Casada con el físico Pierre Curie, su hija Irene también consiguió el Nobel. Pero ya hemos dicho muchas veces que no queremos que nuestros hijos consigan este galardón, aunque sí aspiramos a contagiarles el sentimiento de que, si se quiere, se puede.
Para la descubridora de los efectos de la radiactividad, no debió de ser fácil llegar donde lo hizo. Nació en Polonia, quinta hija de un profesor de matemáticas y de física y de una maestra y pianista. Se las apañó para ser poliglota en aquella Polonia dominada por Rusia y siempre fue la primera de su clase. Según cuentan Marie Curie más tarde en La Sorbona se tuvo que esforzar mucho para llegar al nivel de los seleccionados como ella para estudiar Física y, sí, también Matemáticas.
Luego llegó el doctorado, las investigaciones, el Nobel, llevar una ambulancia para atender a los heridos de la Primera Guerra Mundial, el segundo Nobel y la muerte, ciega ya y a causa de una anemia aplásica, que podría estar relacionada con su exposición a la radiactividad.
Cuando se casó con el físico Pierre Curie, se compraron un par de bicis y recorrieron Francia, durmiendo en posadas. Su hija Eve escribió una biografía que fue un bestseller internacional. No nos extraña. Y eso que no hablaba del affair que tuvo con uno de sus ayudantes de laboratorio. Para que luego digan que la ciencia es aburrida. Y todo empezó, como las historias que nos gusta contar, con una niña muy curiosa por los números, la historia natural y la física. Esa niña que es hoy la única mujer enterrada por méritos propios en el panteón de los hombres ilustres de Francia.
Para seguir aprendiendo:
- Pablo Jarillo-Herrero, nuestro Rafa Nadal de la Física
- Cédric Villani, un entusiasta y un preocupado a la vez
- El número pi
- Aspiraciones de Higgs y bosones
- “Las matemáticas deberían comprenderse en vez de aprenderse”
Malagueño, es ingeniero industrial por la Universidad de Málaga, tiene un MBA por Insead y es emprendedor Endeavor.
Es el responsable de desarrollo de producto y de que encajen todas las piezas del puzle de Smartick.
Su tiempo libre se lo dedica a sus dos hijas, estudiar, hacer deporte y escuchar flamenco.
- Tecnología en la educación escolar. Riesgos y beneficios - 31/08/2023
- Frustración y fracaso como instrumentos educativos - 13/04/2016
- Aquella sudadera del MIT y ahora Smartick - 17/11/2015