Gracias a la suscripción de los alumnos de Smartick, en el marco de nuestro programa 1=1, hemos podido donar becas COVID-19 a las familias que peor lo están pasando.
Parte de la filosofía del equipo Smartick es ayudar en la medida de lo posible a quien no puede tener acceso a nuestra manera de aprender matemáticas. Siempre lo ha sido. Con niños con cáncer hospitalizados, con otros en un hogar de acogida en Boston o los niños de un colegio chileno arrasado por un terremoto hace años. Cada vez que una situación personal se ha complicado y nos lo han explicado (padres que se han quedado en paro, por ejemplo), este equipo ha entendido que no debemos dejar atrás a quien tiene ganas de aprender matemáticas pero no lo puede pagar. El confinamiento que hemos vivido y aún padecemos ha hecho a Smartick más necesario que nunca. Si antes era un suplemento de familias muy comprometidas con la educación de sus hijos, ahora es parte fundamental de la dieta online académica a la que se han visto obligados miles de niños en todo el mundo. Eso nos obliga a ser más sensibles que nunca con familias para las que es imposible asumir el gasto mensual de Smartick.
En la medida de lo posible, nos encanta ayudar a quien ha querido aprovechar al máximo esta oportunidad y ha tenido ganas de aprender. Más de 7.000 niños han hecho un buen uso de esta oportunidad, familias que han mantenido motivados a los niños sobre la importancia de dominar las matemáticas. Nada nos gustará más que, cuando esto haya pasado, muchos de estas familias nos puedan decir lo importante que fue mantener Smartick de rutina diaria para que los niños aprovecharan un tiempo que a ninguno nos hubiera gustado vivir. Serán esos testimonios los que den gasolina emocional a nuestro equipo, a la familia Smartick.
Otro proyecto desarrollado por Smartick en 2020 ha sido el lanzamiento de un pionero test online para detectar el riesgo de discalculia en los niños, en colaboración con las Universidades de Valladolid y Málaga. Un trastorno que dificulta el aprendizaje de matemáticas y que afecta a un 5-7% de la población. Es decir, unos 3 millones de españoles, un niño en cada clase de 25, probablemente tenga discalculia.
La discalculia no solo suele conllevar suspender matemáticas. A menudo provoca aversión a los números e incluso falta de autoestima. Si no se detecta pronto, los niños pueden ser considerados torpes o vagos. Se sienten incapaces, desarrollan ansiedad ante lo escolar y puede acabar incidiendo en su rendimiento en el resto de materias. En el día a día, puede provocar dificultades para leer la hora en un reloj o la matrícula de un coche, memorizar números de teléfonos, secuencias numéricas o calcular la vuelta en una compra.
Para seguir aprendiendo:
- Detectar la discalculia con el test online gratuito de Smartick
- Test de Discalculia de Smartick, ayuda para detectar la discalculia
- Xataka: Smartick y la discalculia, «dislexia para las matemáticas»
- El lado emocional de las matemáticas
- Premio Blue Ribbon de Homeschooling a Smartick en EEUU