Vemos cómo coge fuerza un debate en la educación: las pantallas como solución a todo, como revolución educativa o la prohibición de las mismas como la salvación de un infierno para nuestros hijos. El último episodio ha sido una decisión del Gobierno de Suecia respecto a limitar el uso de la tecnología en clase. El debate se abordó hace unos días en un extenso reportaje en El Mundo y nos pareció que se merecía una contestación por nuestra parte, un método de enseñanza online, que usa pantalla, pero que puede controlar muy bien el tiempo de uso.
Aquí os dejamos nuestras puntualizaciones a un debate que debe moverse, como todos, sin brocha gorda.
- Empieza con una anécdota en la que Edison, el inventor, vaticina que, con la llegada del cine, el teatro ya no tendría sentido. Se pretende hacer ver que, con la educación con pantallas, ha podido haber el mismo fallo en la profecía. Que nos vendieron que con Google y con las pantallas el formato habitual de clase y la formación de los profesores cambiaría. Mala venta. Exagerada. El cine no mató al teatro pero el cine sigue existiendo. ¿Por qué no pensar que podemos tener magníficos profesores, un aula más o menos tradicional pero ayudada por una tecnología sensata? ¿Por qué renunciar, en nuestro caso, a que los niños hagan ejercicios de matemáticas o de comprensión lectora personalizados y, de paso, ayudar a los profesores? ¿Por qué no aprovechar un método que hace los niños puedan avanzar más rápido y que da refuerzo a quien lo necesita? Eso nos parece un uso muy útil de la Inteligencia Artificial, como llevamos haciendo diez años en Smartick. Además, el uso online nos da mucha información de datos que es fundamental para el proceso de mejora continua.
- Catherine L’Ecuyer se ha convertido en una de las voces más críticas contra las pantallas en la educación, con varios libros publicados. En el artículo de El Mundo carga contra los cientos de nuevos métodos educativos en el aula que hacen que, cada vez, los niños tengan menos comprensión lectora y conocimientos, según las pruebas internacionales. En Smartick tenemos claro que las matemáticas son fundamentales, como sabemos desde los griegos. ¿Puede la tecnología, la nuestra, aliarse con el mejor conocimiento de las matemáticas? Totalmente. Nosotros no hemos llegado a revolucionar la enseñanza de las matemáticas, simplemente queremos hacer mejor su práctica y adaptarla al nivel de cada niño, para que saque su máximo potencial. ¿Por qué hacer ejercicios de toda la vida en cuadernillo y obviar las ventajas que puede tener hacerlo en una plataforma, en un entorno muy seguro para los niños, donde todo está diseñado para mantener su atención y no distraerles, para que aprendan de los fallos? En Smartick nos preocupa y mucho la comprensión lectora, por eso, además de nuestro método de enseñanza de matemáticas, tenemos un método de aprendizaje de la lectura, mejora del mecanismo lector y comprensión lectora, altamente eficaz y basado en las más robustas evidencias científicas. Y le damos también mucha importancia a la ortografía, por si hay quien se cree que, con las pantallas, se escribe peor.
- Educación clásica. El reportaje se pregunta si el futuro de la educación puede ser volver a la educación más clásica. En Smartick lo tenemos claro: sí. Por eso apostamos por las matemáticas y la lectura. Se puede apreciar la educación clásica y usar la tecnología. Contraponerlos es una falacia. De hecho, una de las ventajas de nuestro método es que fomenta la atención, la constancia y el esfuerzo. ¿Se puede ser más clásico? Hace tiempo, tuvimos el placer de que Bárbara Oakley, artífice de uno de los cursos más exitosos de Coursera, sobre cómo estudiar con el máximo de eficacia, estuviera con nosotros, en Madrid. Y le preguntamos precisamente por lo idóneo de los tiempos en pantalla. 15/25 minutos le parece perfecto para aprender.
- Demanda de Seattle. A continuación, el reportaje explica una demanda de miles de profesores de Seattle a las grandes empresas tecnológicas por daños a la salud mental de los niños causados por redes sociales como Instagram, TikTok o Facebook. ¿Significa eso que todas las pantallas llevan a esas redes? Pues no. De hecho, nosotros siempre nos hemos negado a hacer una red social en las pantallas de nuestros alumnos. En Smartick hacen sus sesiones diarias en un entorno super seguro, donde no les pueden saltar pop ups de nada y sabemos que los padres que mejor uso hacen de la herramienta tienen muy controlado el acceso a las redes sociales de sus hijos. Nosotros proponemos concentración y esfuerzo.
- Niños pobres, enganchados, y niños ricos, sin tablets o acceso a pantallas. Ese era otro de los argumentos. Las investigaciones parecen arrojar estos datos, que es en los hogares con menos recursos donde los niños se pasan más horas enganchados a los ordenadores y tiene sentido. Pueden tener menos recursos para llevarlos a actividades extraescolares físicas, pueden estar ellos más tiempo fuera trabajando. Ya se sabe, por ejemplo, que en esas casas es donde menos vocabulario adquieren antes de los tres años, un indicador clave para el futuro académico. Pero, de nuevo, ¿supone eso una enmienda a la totalidad del uso de pantallas en educación? ¿Hemos dejado los adultos de usar el ordenador para escribir documentos o presentaciones solo por saber que escribiendo a mano se retienen mejor los conceptos?
No sé si han mantenido la atención hasta aquí. Si es así, gracias. Y demos la bienvenida en los debates a los grises, los matices y huyamos del maniqueísmo.
Para seguir aprendiendo:
- Aprendizaje ilimitado, tiempo de pantallas limitado
- Smartick en BETT 2019, la mayor feria de educación a nivel mundial
- Smartick, un orgullo nacer con el Colegio Madrid
- Informe Qustodio 2023: Smartick es el método educativo líder en tiempo de uso en España
- «Tiene talento matemático. En el colegio se aburría porque podía hacer mucho más»