Se ha convertido en una de las grandes citas de la Casa Blanca, donde los presidentes se pueden pasear tranquilos, con una sonrisa satisfecha cuando van saludando a los equipos que llegan a exponer sus inventos en la feria de la ciencia, un tipo de eventos que va creciendo también en España. Y en EEUU se le da la misma o más importancia que cuando es un equipo deportivo el que es recibido por el presidente por alguna victoria porque allí consideran que con estos ejemplos lo que se está ganando es el progreso.
La de este año fue el 24 de marzo y se puso especial énfasis en que hubiera niñas, ya que conseguir involucrar más a las chicas en carreras de ciencia y tecnología se ha convertido en un reto en el que cada vez hay más organizaciones involucradas. En España, precisamente esta semana nace la sección nacional de Girls in Tech, dedicada específicamente a poner la lupa en las mujeres que pueden servir de modelo en estos campos.
Todos los medios estuvieron de acuerdo en que las niñas scouts de Oklahoma de seis años fueron las que captaron este año el entusiasmo del presidente Barack Obama. Era difícil competir por la atención de Obama frente a este grupo de niñas de seis años disfrazadas de superheroínas, inventoras de un mecanismo Lego que ayuda a pasar las páginas de un libro. Pero no sólo estuvo con ellas. El presidente se paseó por cada uno de los stands y aprovechó para anunciar un fondo de 240 millones mixto entre empresas privadas y el Gobierno para fomentar la innovación en los colegios.
Las ferias científicas son ya una tradición académica tan consolidada que hasta tiene a sus críticos, como no podía ser de otra manera en cualquier asunto que toque la educación. En este artículo hay padres que se quejan del estrés que supone, otros que señalan cómo muchos se bajan de esta web los experimentos, otros piden que se dejen utilizar más juguetes de los que, por ejemplo, selecciona esta web como realmente instructivos y útiles. En realidad, son críticas a los enfoques actuales de muchas ferias, pero no ponen en cuestión lo idóneo que resultan como herramientas para extender la idea de la importancia de la ciencia.
Con sus matices y sus críticas, lo que está claro es que estos eventos bien llevados ayudan a fomentar la creatividad y la capacidad de resolver problemas de los alumnos. De hecho, la gran discusión ahora es si deben seguir centrados en el método científico o darle un enfoque más de ingeniería, o sea, aquí están los problemas y los retos, a ver qué se os ocurre.
Para resolver gran parte de ellos harán falta números, pero no sólo. Será preciso que los niños aprendan a sentirse cómodos frente a los problemas y desarrollen una capacidad de observación acorde. Por eso, en Smartick nos dimos cuenta de que no queríamos ser un método centrado sólo en operaciones de cálculo y cada vez hemos ido introduciendo más lógica y problemas.
Todavía no tenemos un presidente que convierta en una cita de primer nivel el dar la enhorabuena a los niños más notables de las ferias de ciencia del país. Pero por nosotros no quedará seguir escribiendo sobre la importancia de que nuestros niños estén bien preparados para un mundo cada vez más cambiante. Seguiremos celebrando a los niños que todos los días quieren ir un poco más lejos, que se ponen retos y los superan, que van avanzando con trabajo y constancia.
“Le acabo de explicar mi proyecto científico a Barack Obama y eso es porque no dejé que la gente me frenara”, decía una de las adolescentes en la feria. Y eso es lo que también nos proponemos desde aquí todos los días: que a ningún niño se le pueda decir en el colegio que no sirve para las matemáticas.
Aquí, el vídeo del paseo de Obama por la Feria de la Ciencia de la Casa Blanca:
Para seguir aprendiendo:
- Es posible enseñar matemáticas mejor que antes
- Las mates, castigadas al Senado
- La divulgación científica, en auge
- Smartick en Educare, I Salón de la Educación del Niño
- Un Chief Technology Officer nacional