“Todos los niños del mundo juegan, y esta actividad es tan preponderante en su existencia que se diría que es la razón de ser de la infancia…condiciona un desarrollo armonioso del cuerpo de la inteligencia y de la afectividad…el que no juega, es un niño enfermo, de cuerpo y de espíritu”. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Por ello, es la hora de apagar nuestros aparatos electrónicos y nutrirnos de los beneficios del jugar:
- Estructura su “yo”. Es una actividad de vital importancia en edades tempranas para crear y moldear la personalidad. El pequeño va asimilando actitudes y formas de interaccionar con el entorno que le permiten ir descubriendo sus propios intereses y gustos generando de esta forma su autoconcepto y autoestima.
- Pequeño explorador. Le permite conocer el mundo exterior que le rodea y adaptarse a él, manipulándolo, aprendiendo las relaciones de causalidad por ensayo y error, planificando sus estrategias de acción y respetando las reglas, entre otros.
- Canal de expresión. A través del juego se actúan y se realizan los deseos, experimentando temores, frustraciones, alegrías, derrotas convirtiéndose de esta forma en un medio fantástico para descargar los sentimientos tanto positivos como negativos y ayudando a conseguir un buen equilibrio emocional.
- “Como si…”. Gracias a su capacidad imaginativa el niño es capaz de crear infinidad de variopintos y diferentes mundos paralelos escenificándose en cada uno de ellos con diferentes roles que le permiten ensayar y ejercitarse para la vida adulta.
- Estar en forma. Correr, saltar, sentarse, levantarse, manipular objetos son acciones que realizan inconscientemente los pequeños al jugar, aportándoles un gran beneficioso en el desarrollo de la coordinación psicomotriz, mejorando el equilibrio, y la motricidad fina y gruesa, y para su salud en general.
- Autonomía. El niño se convierte en dueño y protagonista ofreciéndole la oportunidad de crear su propio espacio de juego, estableciendo sus normas y reglas particulares alejándose de las directrices de los mayores.
- Entrenamiento mental. Resulta asombroso la inherente capacidad absorbente de jugar. Favorece el entrenamiento de la atención y la concentración cuando se practica.
- Agente socializador. Las actividades lúdicas se convierte en una herramienta ideal para interaccionar con otros niños estableciendo nuevas relaciones y permitiendo el desarrollo de las habilidades comunicativas y del lenguaje.
Los padres debéis recordar que para jugar:
- Es importante favorecer un ambiente seguro, tranquilo y acogedor de juego.
- Proporciónale los juguetes adecuados acorde con su nivel de desarrollo.
- Acompáñale en la actividad lúdica, enriqueciendo y participando en ella, sin dirigirla, respetando sus preferencias, ayudándole a resolver problemas que surjan pero siempre recordando que él debe ser el protagonista.
- Aprovecha la oportunidad que brinda el juego para educarle en valores como compartir, tolerar, tener paciencia, aprender a ganar y a perder…
Para seguir aprendiendo:
- El juego en la infancia, mucho más que diversión
- Ajedrez para niños: 3 principales razones para enseñarlo
- Cómo apoyar el aprendizaje de matemáticas para niños de 4 años
- El aprendizaje basado en problemas
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