Hagamos un repaso a lo que vemos normal en nuestra vida cotidiana y que, hace unos años, ni lo imaginábamos. La posibilidad que nos brinda internet para el teletrabajo, por ejemplo. Admito que no le pasa a todo el mundo, pero cada vez son más a los que dejan trabajar desde casa o directamente los que son autónomos y han decidido que su puesto de trabajo está allá donde esté su ordenador.
De hecho, en EEUU, con la crisis, han detectado que son mayoría los que se están buscando la vida como freelance, que ya ha dejado de designar solo a periodistas buscavidas. Ahora hay ejecutivos de consultoría freelance, diseñadores gráficos, traductores, editores de texto y gente con muchos seguidores que vive de colgar sus recetas en internet. Sólo por ejemplo. Eso supone que estamos mandando correos de trabajo desde la casa de veraneo, leyendo encargos mientras estamos en la cola del supermercado y escribiendo textos en casa antes de que los niños se levanten. ¿Y qué pasa con ellos?
En ese mundo de horarios difusos y de lugares de trabajo y descanso movibles, ¿tienen que estar los niños constreñidos a una clase de apoyo con profesores particulares? En un ambiente donde cualquier niño de dos años sabe ya manejar el ipad de sus padres, ¿le va a parecer normal que les demos cuadernillos, lápiz y goma? ¿Qué pasa si se nos olvidan en casa cuando pasemos unos días fuera? Ya hay niños que no entienden por qué no pueden ver determinado programa de la televisión, a la hora que ellos quieran, que se ha acabado y ya no vuelve. Lo mismo con las canciones de la radio: “Ponla otra vez, papá”.
¿Cómo no aprovechar su mentalidad y los medios para que puedan hacer su sesión de matemáticas cuando y donde quieran? ¿Estamos preparados para la movilidad en el aprendizaje de nuestros niños? Algunos, con Smartick, lo vamos intentando.
Para seguir aprendiendo:
- Descubrir el control parental
- Las matemáticas y el ranking de Shanghai
- «Comparado con Aloha y Kumon, Smartick, desde la tablet, me pareció perfecto»
- Es posible enseñar matemáticas mejor que antes
- A Google hay que saber qué preguntarle y para qué
Malagueño, es ingeniero industrial por la Universidad de Málaga, tiene un MBA por Insead y es emprendedor Endeavor.
Es el responsable de desarrollo de producto y de que encajen todas las piezas del puzle de Smartick.
Su tiempo libre se lo dedica a sus dos hijas, estudiar, hacer deporte y escuchar flamenco.
- Tecnología en la educación escolar. Riesgos y beneficios - 31/08/2023
- Frustración y fracaso como instrumentos educativos - 13/04/2016
- Aquella sudadera del MIT y ahora Smartick - 17/11/2015
Totalmente de acuerdo. ¿Porque negarles en casa lo que es una realidad en la calle? Hay que apostar por el buen uso de las nuevas tecnologías en los niños y Smartick es un ejemplo de ello.
Mis hijos usan poco el lápiz y papel, para algunas cosas me da pena… Pero también estoy orgullosa de cómo manejan el ordenador, Smartick lo hacen sólos, entran en el ordenador, abren su sesión y hacen sus ejercicios.