Hace unos días, el diario El País nos daba la noticia del lanzamiento de una colección de libros sobre las Grandes Ideas de la Ciencia. Lo llevamos detectando un tiempo y las señales son cada vez más inequívocas: la ciencia interesa mucho. Podemos llevarnos pesimismo, pero siempre preferiremos coger el optimismo por las primeras hojas y, pese a todo, cada vez hay más divulgación científica en España. Ya tocaba. Y ciencia es matemáticas, ese lenguaje que las explica y que en demasiadas ocasiones muchos no entendemos. Los libros que anuncia el periódico tratarán de explicar de la manera más sencilla posible las grandes teorías que explican el mundo. Porque se trata de eso, de entender más y mejor dónde vivimos y cómo funcionamos. También habrá apuntes históricos sobre las épocas en las que vivieron Newton, Max Planck, Pitágoras o Galileo.
Javier Sampedro, el redactor especializado en divulgación científica, escribía para anunciar la colección un precioso reportaje sobre “La irrazonable eficacia de las matemáticas”, además de otro en el que explica cómo la ciencia intenta encontrar los fundamentos del mundo moderno.
Estos días se está celebrando la Semana de la Ciencia en todo el país. Habrá multitud de encuentros de alumnos y científicos por los campus universitarios. El agua tendrá un papel muy importante en un ciclo por el que, sólo en la comunidad de Madrid, participarán 3.000 científicos. En Andalucía volverán a centrarse en la actividad de Café con ciencia.
También esta semana se está celebrando en Valencia el Emtec, un encuentro organizado por el MIT en el que se premian a los jóvenes con ideas más revolucionarias en ciencia y tecnología. Ha habido mesas redondas sobre medicina del futuro o las ciudades más sostenibles. En la de medicina, Julio Mayol, encargado del programa MIT Madrid Visión, acababa aconsejando: “Enseñen a sus hijos código”. Y, para aprender código, programación, hacen falta matemáticas.
No hemos llegado todavía a poder organizar algo como los encuentros de Lindau, en Alemania, que se llevan celebrando 60 años. Una semana de julio en un entorno de ensueño, cerca del lago Constanza, en la que varios premios Nobel conviven con estudiantes sobresalientes de todo el mundo con el objetivo de animar el progreso científico y de acabar con el aislamiento de la ciencia alemana en la posguerra. Todo se andará.
Con la colección de El País podremos intuir lo que hay detrás de los grandes descubrimientos que pueden llevar el reconocimiento del Nobel. En Smartick tuvimos claro desde el principio que las casas del mundo virtual de los niños se llamarían como grandes matemáticos. Es una manera de familiarizarlos con esos logros y ese lenguaje que les hará comprender mejor el mundo. Y no queremos niños Nobel. Para nada. Sólo niños que aprendan a entender el maravilloso lenguaje de las matemáticas.
Para seguir aprendiendo:
- Qué es y para qué sirve la notación científica
- Pablo Jarillo-Herrero, nuestro Rafa Nadal de la Física
- El sabor de las matemáticas
- ¿Y si las matemáticas estuvieran por fin de moda?
- La curiosidad en los niños