Robin Hood se llama la organización que lleva años luchando contra la pobreza en Nueva York y que quiere ayudar a los niños de familias pobres de esta ciudad a llegar hasta la universidad. Lo quiere hacer con matemáticas para los más pequeños y con un panel de expertos de universidades e instituciones de todo el país que verán los resultados en diez años.
La ciudad de Nueva York ha lanzado un ambicioso plan, dotado con 25 millones de dólares, para investigar cuál es la mejor manera de conseguir mayores logros académicos en los colegios de los barrios más pobres. Y han empezado por las matemáticas porque se están guiando por los mismos estudios que inspiraron a Smartick desde el principio, investigaciones que dicen que si un niño lleva bien en primaria los números, tendrá muchos menos problemas para graduarse y llegar a la universidad. O sea, las matemáticas a esa edad predicen bastante bien el rendimiento académico en general.
En una de sus últimas publicaciones, el profesor Greg Duncan, de la Universidad de California en Irvine, explica, después de analizar los casos de miles de estudiantes de secundaria, que el tener claro el concepto de las fracciones y de las divisiones en primaria es bastante indicativo de que a esos alumnos no les va a entrar el vértigo con el álgebra. Duncan es un convencido de que la mejor arma que tiene una familia para asegurar que a su hijo le irá mejor en la vida es conseguir que en sus colegios les motiven con las matemáticas y eso, ahora, se puede hacer con un programa como Smartick, que da respuestas en tiempo real de cómo lo están haciendo los niños y que se adapta a cómo lo hace cada uno.
Nuestro programa puede empezar a hacerse desde los cuatro años, una edad en la que, según los estudios a los que se hace referencia en la iniciativa de Nueva York, los maestros apenas dedican tiempo a las matemáticas. A los números, a esa edad. A las formas geométricas, a saber si tres son más que dos, a jugar con los bloques. Y Duncan y sus colegas precisamente estudian el éxito que supone para los niños estar expuestos a las matemáticas desde pequeños.
Según los datos que maneja la Fundación Robin Hood “los déficits en matemáticas están relacionados con menos posibilidades de ir bien en el colegio: los niños que lo hacen mal en matemáticas a las edades de 6, 8 y 10 años tienen un 10% menos de posibilidades de acabar el colegio y un 30% más de ir a la universidad que los niños que van bien a esas edades”. Esto ha sido la primera vez que la Fundación Robin Hood ha dedicado recursos a la investigación más que a la intervención directa para luchar contra la pobreza. En unos años sabremos qué tal ha salido la apuesta por las matemáticas infantiles, basada en unos indicios bastante consistentes.
Pero ustedes no tienen que esperar más intervención que la de registrarse en Smartick, donde sus hijos recibirán una sesión diaria de matemáticas adaptada a cada uno, donde se les motivará con avatares, tics con los que decorar sus habitaciones, con los juegos diseñados para mejorar las habilidades cognitivas. Fueron esos estudios sobre la importancia de las matemáticas en los niños, más el desasosiego que nos producían los resultados de España, EEUU y muchos países latinoamericanos en los informes de PISA, lo que nos animó a fundar Smartick.
Cada mes que pasa, cada tutor que nos escribe, nos reafirma en nuestros propósitos de darle a cada niño las matemáticas que se merece.
Para seguir aprendiendo:
- Las matemáticas, vacuna contra el paro
- La Fundación Gates se centra en la enseñanza de las matemáticas
- Ciudades inteligentes y las matemáticas
- Las matemáticas son la gimnasia del cerebro
- Smartick: Las mates a medida para La Vanguardia
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