Está claro que para muchos niños, las matemáticas de primaria continúan siendo “la hueso” de las asignaturas. Algo que se refleja en los resultados de las pruebas que, de manera recurrente, se realizan entre los alumnos de colegios en España.
En mayo de este año se llevaron a cabo en 960 colegios distribuidos por todo el territorio nacional las pruebas PISA (Programme for International Student Assesment). Se trata de un estudio comparativo, internacional y periódico, promovido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que analiza cómo manejan los chicos de 15 años de 65 países sus conocimientos en lectura, matemáticas y ciencias.
Hasta finales de 2013 no conoceremos los resultados de estos exámenes, que esperamos sean mejores que los obtenidos en el último Informe PISA de 2009, en el que España volvía a situarse por debajo de la media de los países desarrollados en todas las disciplinas analizadas.
Sin embargo, no parece que debamos albergar muchas esperanzas. Si tenemos en cuenta los resultados que se han obtenido en el último informe realizado en España sobre habilidades matemáticas en primaria, hecho público en mayo de 2012, puede que lleguemos a la conclusión de que convendría ponerse ya manos a la obra.
En el Estudio, Avaliación de Diagnóstico 2011, realizado entre alumnos de Cuarto curso de Primaria y Segundo de Eso en colegios de Galicia, los peores resultados académicos se obtenían en las matemáticas de primaria. Según el informe, que comprueba las competencias de los estudiantes en comunicación lingüística, matemáticas y conocimiento e interacción con el mundo físico, entre los estudiantes de cuarto de Primaria solo un 9,4% alcanza un nivel alto en matemáticas, un 70,4% cuenta con un nivel medio y el 20% fracasa.
Parece que este “fracaso” en el aprendizaje de las matemáticas no se puede achacar solo a los alumnos. La formación de los profesores, el sistema y los métodos de enseñanza contribuyen a estos malos resultados.
Si miramos al futuro deberíamos fijarnos y “copiar” a aquellos países que como Finlandia o Corea del Sur consiguen que sus alumnos de primaria destaquen en matemáticas.
En Finlandia, por ejemplo, la OCDE señala que gran parte de su éxito se debe a que los profesores se eligen entre los mejores estudiantes universitarios.
Por su parte, una de las principales características del sistema educativo coreano es su apuesta por la excelencia, intentando reconducir a los alumnos muy brillantes para que desarrollen toda su capacidad. Para ello, por ejemplo, los niños coreanos son los que más estudian fuera de clase. Dos de cada tres alumnos acuden a clases de refuerzo.
La aplicación de las nuevas tecnologías a la educación, los atractivos recursos educativos accesibles para todos los niños gracias a internet, las numerosas pruebas diagnósticas impulsadas desde las instituciones y una preocupación real sobre el nivel de educación en España y respecto a los países de nuestro entorno, deberían animarnos a ser optimistas y pensar que de nosotros depende que nuestros hijos desarrollen sus capacidades al máximo.
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Para seguir aprendiendo:
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