Son días en los que estamos pendientes de hazañas deportivas. Tardes casi de verano para sufrir con Nadal en la red, nosotros en el sofá. Noches de canastas de infarto para los que nos gustan los partidos de playoff de la ACB y siestas a ritmo de escaladas de picos europeos a pedales, gritando a una pantalla como si estuviéramos en un cuidado arcén sin matojos francés.
También serán días de logros académicos, que tendrán mucha menos repercusión en los medios, si acaso un listado, dentro de unos meses, con los premios extraordinarios de bachillerato, de carrera, de doctorado. Son también semanas donde se deciden, los que pueden y quieren, a qué campamento se manda a los niños y otro día dedicaremos un post a la enorme variedad que hace unos años no existía.
Pues a estas alturas ya hay unos cuantos que tienen muy claro dónde van a ir. A San Petersburgo, a resolver problemas de matemáticas, con niños de muchos países, seleccionados por Estalmat, el programa de detección precoz de talento matemático.
Lo pueden hacer porque existe –poner cara de asombro aquí—una organización benéfica dedicada a la difusión de las matemáticas, la Fundación Euler.
Fueron ellos los que hace pocos años pensaron en juntar a niños de varios países en un peculiar campamento en las afueras de San Petersburgo, en las orillas de un lago. En el programa: batallas matemáticas y otro tipo de juegos, introducción a la profesión, para que sepan la cantidad de salidas que hay ahora, y, como en todos, eso sí, deportes y excursiones. Todo en inglés. En Rusia. Porque la ciencia no entiende de nacionalismos.
Eso es en Rusia, pero hay otro que no tiene peor pinta. Este es mucho más intenso. Son seis semanas en Oxford, como explican aquí. Se selecciona a niños de secundaria de toda Europa con un talento para las matemáticas y se les reúne en uno de los entornos más privilegiados académicamente del mundo.
En el otro lado del Atlántico hacen lo mismo en Boston University. La fecha límite para las solicitudes es en abril.
Así que ya saben, mientras hay deportistas que se entrenan muy duro durante los veranos, niños que soñarán con estar en un podio, en la élite deportiva mundial, en su equipo de provincia, también los hay que disfrutan con los números, que gracias a sus habilidades y su esfuerzo se ganan un puesto en unos campamentos de los que, dentro de unos años, será muy interesante hacer un estudio sobre qué fue de los que acudieron un verano a practicar la lengua universal de los números.
Siempre decimos y aquí reiteramos que no queremos que nuestros niños, los de Smartick, sean unos niños prodigio de las matemáticas. Queremos que no les perjudique la autoestima el pensar que no pueden con las mates, deseamos que el que pueda hacer más que en clase, lo haga con nosotros y el que necesite refuerzo también. Pero, además, queremos contar lo importante que son en nuestro mundo y por eso conviene honrar a quien se dedica a ellas en cuerpo y alma.
Para seguir aprendiendo:
- Smartick demuestra con su campamento el interés de las niñas en matemáticas y robótica
- Smartick organiza un campamento de matemáticas, robótica e ingenio para niñas
- Campamento Smartick: formación matemática y tecnológica de las niñas
- Estados Unidos, campeón de la Olimpiada Internacional de Matemáticas 2018
- Campamento Smartick: Ajedrez, un ordenador y trenes en el día 3
