Jordi Evole, en su programa Salvados titulado “Cuestión de educación” , viajaba hasta Finlandia, país que según todos los rankings contaba con el mejor sistema educativo del mundo, para averiguar cuál es el secreto de su éxito y ver si en España podríamos incorporar algunas de sus ideas a nuestro propio sistema.
Desde que la OCDE comenzara en el año 2000 a elaborar su informe informe PISA, Finlandia ha acaparado los primeros puestos por su excelente nivel educativo.
Según analiza en detalle Lluis Torrent i Bescos en su artículo: ¿Por qué Finlandia tiene el mejor sistema educativo del mundo? , que resumimos a continuación, para respondernos a esta pregunta debemos fijarnos en cinco aspectos clave: la figura del profesor, el método educativo, los centros educativos, la cultura educativa y la política en materia de educación.
1. La figura del profesor
Este es sin ninguna duda el aspecto más relevante del éxito educativo en Finlandia: la gran valoración que recibe la figura del profesor. Aun cuando su sueldo no es muy elevado, el prestigio que posee en la sociedad finlandesa hace que dicha profesión sea una de las más solicitadas por los estudiantes. Tal es la demanda de esta profesión que son admitidos en las facultades menos del 10% de los aspirantes, lo que implica que para el acceso se requiera una nota elevada y una prueba de selección. Para ser maestro se necesita una calificación de más de un 9 sobre 10 en sus promedios de bachillerato y de reválida y se requiere además una gran dosis de sensibilidad social (se valora su participación en actividades sociales, voluntariado…).
2. El método educativo
El método educativo finlandés destaca por varios elementos novedosos. El primero de ellos consiste en que la escolarización se produce a los siete años, más tarde que en muchos países europeos. Esta decisión se atribuye a que no es hasta los siete años de edad cuando los niños llegan a una madurez intelectual suficiente que les permita asimilar y comprender la información que van recibiendo.
Durante los primeros seis años de la primaria los niños tienen en todas o en la mayoría de las asignaturas el mismo maestro, que vela por que ningún alumno quede excluido. Es una manera de fortalecer su estabilidad emocional y su seguridad. Hasta quinto no hay calificaciones numéricas. No se busca fomentar la competencia entre alumnos ni las comparaciones.
Los niños tienen menos horas lectivas que en otros países. A parte de eso se considera que los niños finlandeses, a diferencia de lo que sucede con los niños orientales, deben jugar el máximo tiempo posible para que gocen de su infancia. Los alumnos solo acuden a clase durante 4 o 5 horas al día durante sus dos primeros años de clase. En total, suman 608 horas lectivas en primaria, frente a las 875 horas de España, con deberes en casa que no son excesivos.
La metodología ha abandonado las memorizaciones típicas del sistema educativo de la Ilustración y hace énfasis en el desarrollo de la curiosidad, la creatividad y la experimentación. No es una cuestión de transmitir información, sino que es más importante aprender a pensar.
Además, el profesor está forzado a ir renovando sus clases y métodos de enseñanza para atraer la atención de los alumnos, actualizando y vinculando aquello que enseña en el aula con sucesos reales y formas que motiven a los estudiantes. Por ello en las clases se proyectan vídeos de YouTube, se preparan temas investigando en Wikipedia o Facebook, utilizan cómics y escuchan música. No existe una vida dentro del aula diferente a la vida detrás de sus puertas, y la tecnología, igual que ocurre en sus casas, se utiliza a menudo en clase.
3. Los centros educativos
Cada colegio tiene autonomía para organizar su programa de estudios. La autonomía de los colegios se enmarca dentro de un sistema en el que la educación se concibe como algo gratuito e igual para todos. Los niños tienen acceso a centros de enseñanza similares y no pagan por el material. Los colegios proporcionan libros, ordenadores e incluso la comida.
4. La cultura educativa
“El éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines…)“, explica Javier Melgarejo, Director del Colegio Claret de Barcelona, Lcdo en Psicología, Dtor en Pedagogía y experto en la educación en Finlandia. Los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada. “Los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela” y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio. “En Finlandia el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana”, añade Melgarejo, para quien este estímulo de la lectura en casa resulta fundamental.
5. Las políticas en materia de educación
Las ventajas que proporciona el modelo finlandés a sus estudiantes provienen de su gasto público, que representó en 2009 el 6,8% del PIB (el 5% en España). Así, la enseñanza obligatoria es gratuita en todos sus conceptos, desde el material hasta los gastos de comedor, e incluso el colegio ha de garantizar el transporte en el caso de que los niños deban desplazarse al centro desde una distancia superior a los 5 km.
En Finlandia la educación es uno de los temas sobre el que existe consenso político respecto a su importancia, lo que supone una estabilidad en el sistema educativo que permite que éste se desarrolle completamente, pueda evolucionar y madurar dentro de los mismos parámetros. Por contraposición, España ha sufrido 6 o 7 cambios relevantes en su sistema educativo, desde la LEG hasta la LOE, pasando por la LOGSE.
Conclusión
El modelo educativo finlandés está pensado principalmente para que “nadie se quede atrás” confiriendo un sistema educativo que presta atención a cada pequeño detalle para favorecer que el finlandés medio tenga un nivel educativo alto o muy alto. Aunque el sistema tiene un nuevo reto a superar, identificado ya por parte de las autoridades educativas del país: la necesidad de centrarse más en los alumnos con mayor potencial para incrementar aún más sus resultados y habilidades, consiguiendo así estudiantes sobresalientes que destaquen por su excelencia y sobresalgan entre las élites profesionales y académicas mundiales.
Y los resultados de este extraordinario sistema educativo, más allá de lograr primera posiciones en rankings, es que Finlandia es, según el último índice de Competitividad Global (ICG) del Global Economic Forum, el tercer país más competitivo del mundo.
Tenemos tanto que aprender…
Para seguir aprendiendo:
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