En Smartick tenemos muchos niños con Síndrome de Down haciendo cada día sus sesiones y nos encanta poder adaptarnos a sus necesidades y ayudarles a crecer.
Hoy, Día Mundial del Síndrome de Down, queremos acordarnos de forma muy especial de ellos, para visibilizarles y mejorar su inclusión, y para recordarles lo orgullosos que estamos de su trabajo, constancia y esfuerzo.
Loubna tiene ocho años y lleva desde octubre con nosotros. Hablamos con Eva, su madre, una de esas tardes en las que, en casa, se podía escuchar a su hija por detrás.
¿Cómo conociste Smartick?
Estaba buscando aplicaciones de matemáticas para la tableta. Creía que mi hija necesitaba practicar las matemáticas de un modo diferente, aprender con otro tipo de metodologías. Había utilizado otras aplicaciones más básicas que le habían permitido ir cogiendo la dinámica de los números. Como se puede probar gratis durante dos semanas, me maravilló la cantidad de ejercicios y cómo se adaptaban a sus necesidades. Además, era en un entorno audiovisual y eso la gana por goleada. Porque ella maneja la tableta de forma autónoma, por eso Smartick era lo idóneo.
¿Has conseguido que sea una rutina?
Sabe que “hoy hay que hacer lo del Ipad” y no protesta, lo hace. Cuanto más acierta, más le gusta y más se anima a querer continuar. Los viernes lo tiene libres, es el día de relax, de no hacer nada. Y luego lo hace un día del fin de semana.
Cuando dices en tu entorno que tu hija hace un extra de matemáticas, ¿lo ven como excesivo?
Les interesa pero luego creo que les puede la comodidad y no lo usan para sus hijos si no detectan dificultades de aprendizaje. Como mi hija tiene Síndrome de Down, siempre ando a la búsqueda de cosas pero puede ser que niños más estándar no vean la necesidad de probar otras cosas distintas al colegio. Aunque cuando digo que hace Smartick ya hay gente que me dice que conoce a otras personas que lo hacen. Yo creo que es bueno porque Smartick genera un fondo de armario de matemáticas. Vas viendo cómo se unen procesos de aprendizaje. Personalmente prefiero que no siga el curriculum escolar, al revés, Smartick me ganó por eso. Porque era asentar las bases, poco a poco. En el colegio van a una velocidad de vértigo con el curriculum y hay niños que no tienen capacidad para asentarlas. El sistema no da esa posibilidad. Mi hija va con el curso pero soy yo la que tengo que empujar, decir que puede hacerlo, más que el colegio.
¿Qué le cuesta más?
Pues descubrir las pautas y las series, en algunos casos se desespera. Le viene muy bien descomponer números o los ejercicios de ver qué sumando hay que poner para un resultado, porque ella las sumas se las sabe de memoria.
¿Usa mucho los disfraces y el mundo virtual?
Se ha disfrazado un par de veces y su avatar lleva gafas, como ella.
¿Entras en la web de padres?
Pues la verdad es que no porque suelo estar cerca de ella cuando lo hace y luego miro el correo que llega. Compartimos despacho. Me doy cuenta de que lo que sí que hace es corregir y eso es una buena actitud.
Para seguir aprendiendo:
- “Cambiamos de Kumon a Smartick por la movilidad”
- ¡Smartick es para todos! Día Mundial del Síndrome de Down
- “María tiene Síndrome Down y Smartick le ayuda a ir parejo con su clase”
- «Creo que Smartick complementa lo que hacen en el colegio»
- “Smartick es mucho más divertido y flexible que otros métodos”
Mi alumno es despistado y poco interesado, y está empezando a trabajar con las matemáticas pero espero que se anime y tengamos éxito.
Que bien estoy deseando apuntar a mis hijos para que aprendan tanto porque los dos tienen también síndrome de down