Desde el punto de vista de la psicología cognitiva, todas aquellas habilidades que nos ayudan a regular nuestra conducta, pensamientos y emociones están estrechamente ligadas con los procesos de control cognitivo. Uno de los procesos que más se ha estudiado en este ámbito es la atención ya que es el proceso que nos ayuda a dirigir nuestra mente y enfocarla en aquello que nos interesa, a controlar los impulsos y hábitos, así como también a evitar que nuestra mente divague en información distractora que nos desvía de nuestros objetivos.
Actualmente las distintas teorías acerca de la regulación emocional sugieren que la habilidad de la atención está relacionada a procesos cognitivos, conductuales y también a la dinámica de funcionamiento de ciertas estructuras cerebrales. Como hemos hablado en posts anteriores, durante la infancia estos procesos pasan por distintas etapas de desarrollo en la que se fortalecen, especializan y maduran. Esto promueve que el desarrollo de los procesos y las estructuras a determinada edad influiría en un futuro en la eficacia de las funciones ejecutivas superiores.
Partiendo de este punto, Perry y col. (2015) llevaron a cabo una investigación en la cual estudiaron como el desarrollo de la capacidad atencional a los 5 y 10 meses de edad influiría en la capacidad de regulación emocional en los niños cuando tenían 36 meses (alrededor de 1 año y medio). Para medir la capacidad atencional a los bebés utilizaron una tarea en la cual medían la cantidad de tiempo en que los niños mantenían su atención en unas marionetas que le presentaba el experimentador, al mismo tiempo que registraban la actividad cerebral con la técnica de electroencefalografía. Al año y medio citaron a los niños al laboratorio para medir su capacidad de regular las emociones con una tarea de puzle que provocaba frustración por la dificultad que tenía. De esta manera pudieron establecer la relación entre la capacidad atencional y las habilidades de regulación emocional cuando eran más grandes.
Los resultados mostraron que la capacidad atencional del niño en la tarea de ver la marioneta estaba asociada a una mayor actividad cerebral de las estructuras relacionadas con la atención. Estos datos muestran que el poner atención es un proceso que requiere mayor implicación de las estructuras cerebrales a edades tempranas. Así mismo encontraron que la capacidad del niño de mantener la atención en la marioneta estaba asociada a menores muestras de frustración en la tarea del puzle. Esto indica que los niños que tenían mejores capacidades para controlar la atención mostraban mejores habilidades para regular la emoción de frustración.
Aún cuando los datos de este estudio no nos permiten establecer una relación causal directa, sí presentan información que apoya las posturas que argumentan que el desarrollo temprano de los procesos atencionales es importante para el sucesivo desarrollo de las capacidades de regulación conductual y emocional.
Referencias
Perry NB, Swingler MM, Calkins SD, Bell MA (2015) Neurophysiological correlates of attention behavior in early infancy: Implications for emotion regulation during early childhood. J Exp Child Psychol.
Para seguir aprendiendo:
- Desarrollo de la auto-regulación durante la infancia
- ¿Que son los períodos sensibles del desarrollo?
- La atención y la autorregulación
- Algunas consideraciones para el desarrollo de la auto-regulación
- La atención: tres redes del modelo neurocognitivo