Una idea antigua en psicología es que la práctica es más eficaz si se realiza de manera espaciada que si se realiza de manera masiva (para una revisión, Dempster, 1996). Es decir, para el aprendizaje es mejor que se estudie el material dividido en varias sesiones de estudio que todo junto en la misma.
En la práctica, estos efectos de espaciamiento dan nombre a lo que hemos observado siempre a la hora de estudiar para un examen: es mejor estudiar todos los días un poco que de manera intensiva el día de antes. Ahora, aporto datos empíricos a esta idea.
Los datos, desde antiguo (Ebbinghaus, 1885), han demostrado que si se estudia de manera espaciada el material estudiado se recuerda mejor. Imaginemos la situación en la que dos niños estudian el mismo material, el tema 1 de una signatura, para un examen. El primer niño estudia una hora cada día durante 5 días, el segundo estudia 5 horas la tarde antes. Las teorías de espaciamiento predicen que el primer niño va a haber aprendido mejor el tema 1 que el segundo niño, aunque hayan estudiado la misma cantidad de horas.
Además, los estudios sobre efectos de espaciamiento han demostrado que este efecto es incluso más fuerte si preguntamos al niño en repetidas ocasiones por lo estudiado. Es decir, si cada día preguntamos al niño por todo lo estudiado, el aprendizaje va a permanecer por más tiempo. Es lo que se ha denominado “Efecto de espaciamiento del test” o “Testing Effect” (Tulving, 1967).
Se ha demostrado que el hecho de que se recupere de forma constante y espaciada el material estudiado de la memoria a través de un test, aumenta la persistencia en la memoria de este recuerdo (Roediger y Karpicke, 2006).
En el experimento de Roediger y Karpicke (2006) se hacían dos grupos de niños. Uno estudiaba el material un día y en días consecutivos eran preguntados por el material estudiado a través de test. El segundo grupo de niños solo estudiaba de manera espaciada el mismo material. Si a los 5 minutos les preguntabas a todos los niños por lo estudiado, ambos grupos recordaban igual de bien lo aprendido o incluso el grupo que solo estudiaba recordaba ligeramente poco mejor. Sin embargo, al dejar pasar las horas se invertía el patrón. A los dos días el recuerdo del grupo al que se le administraron las pruebas de memoria en las sesiones era superior al del que solamente se estudió el material y una semana después el grupo al que se le fue preguntando el material en las sesiones superaba con creces al grupo que simplemente estudio en esas sesiones.
Con lo cual, la conclusión de este post es que lo mejor para el aprendizaje sería estudiar y recuperar lo estudiado a través de preguntas en diferentes sesiones, como segunda opción deseable sería estudiarlo de manera espaciada (aunque hemos visto que a largo plazo la mejor opción es la primera) y la última opción sería aquella que, intuitivamente, no aconsejan ya el 100% de las madres, padres y profesores, estudiar la tarde de antes del examen.
Referencias:
- Dempster, F. N. (1996). Distributing and Managing the Conditions of Encoding and Practice. En E. L. Bjork y R. A. Bjork (Eds.), Memory (pp.317-339). San Diego, C.A.: Academic Press.
- Roediger, H. L., III y Karpicke, J. D. (2006). Test enhanced learning: Taking memory tests improves long-term retention. Psychological Science, 17, 249-255.
- Tulving, E. (1967). The effects of presentation and recall of material in free-recall learning. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 6, 175-184.
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