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16Jul

Los animales también saben matemáticas

Así es, los animales saben matemáticas. Una gran variedad de estudios demuestran que la sensibilidad numérica no es exclusiva de los seres humanos (Gelman y Cordes, 2001; Wynn, 1998). Veamos algunos ejemplos:

Mapaches y aves, como loros o petirrojos, pueden distinguir entre diferentes cantidades de elementos, como han demostrado los estudios de Davis (1984), Pepperberg (1987) y Hunt, Low y Burns (2008), respectivamente.

Las ratas de los experimentos de Church y Meck (1984) reconocían correspondencias numéricas en diferentes situaciones. Además, Platt y Johnson (1971) observaron que estos animales eran capaces de anticipar cuándo se estaban aproximando al número de respuestas requeridas para conseguir una recompensa.

Los datos obtenidos con primates son especialmente interesantes. Se ha comprobado que los primates pueden realizar correspondencias numéricas entre estímulos intermodales (Jordan, Brannon, Logothetis y Ghazanfar, 2005) e incluso determinar los resultados de algunas operaciones aritméticas.

Cantlon y Brannon (2007) llevaron a cabo un experimento con monos rhesus donde comprobaron que estos monos podían operar mentalmente. Los monos manipularon mentalmente dos cantidades de objetos y fueron capaces de elegir la imagen que se correspondía con el resultado. Según las autoras, parece que los monos Rhesus utilizan el mismo mecanismo que los humanos para resolver los algoritmos que se les presentaron.

La hipótesis que se desprende de la información que se acaba de comentar es que los animales comparten con nosotros una serie de habilidades matemáticas, como parte de un sistema de representación matemática primitivo que tenemos en común, aunque todas esas capacidades son de carácter no verbal. La mayoría de los investigadores cree que las que están basadas en el lenguaje simbólico son exclusivas de los seres humanos.

Referencias:
  • Cantlon, J. F. y Brannon, E. M. (2007). Basic Math in Monkeys and College Students. PLoS Biol 5(12), e328. doi:10.1371/journal.pbio.0050328
  • Church, R. M. y Meck, W. H. (1984). The numerical attribute of stimuli. En H. Roitblatt, T. G. Bever y H. S. Terrence (Eds.), Animal Cognition. Hillsdale, NJ: Erlbaum.
  • Davis, H. (1984). Discrimination of the number three by a raccoon (Pryocyon lotor). Animal learning and behaviour, 12, 409-413
  • Gelman, R. y Cordes, S. (2001). Counting in animals and humans. En E. Dupoux, Language, Brain and Cognitive Development: Essays in Honor of Jacques Mehler (p. 279-303). Cambridge, MA: MIT Press.
  • Hunt, S., Low, J. y Burns, K. C. (2008). Adaptive numerical competency in a food hoarding songbird. Proceedings of the Royal Society of London, Series B 275, 2373-2379.
  • Jordan, K. E., Brannon, E. M., Logothetis, N. K. y Ghazanfar, A. A. (2005). Monkeys match the number ofvoices they hear to the number of faces they see. Current Biology, 15, 1034–1038
  • Pepperberg, I. M. (1987). Evidence for conceptual quantitative abilities in the African Gray Parrot: Labeling of cardinal sets. Ethology, 75, 37-61
  • Platt, J. R. y Johnson, D. M. (1971). Localization of position within a homogeneous behavior chain: Effects of error contingencies. Learning and Motivation, 2, 386-414.
  • Wynn, K. (1998). Numerical competence in infants. En C. Donlan (Ed.), The development of mathematical skills (pp. 3-25). Hove: Psychology Press

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Ana Escudero
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