En Smartick hemos pensado que ya era hora de que Ada Lovelace diera sus diplomas a los niños y nos ha parecido una manera bonita de celebrar el Día de la Mujer en la Ciencia y en la Tecnología. Así, desde hace unos días, la matemática está junto a Pitágoras, Newton, Euler, Euclides, Gauss y Galileo, custodiada la librería con los diplomas por Hipatia.
En Smartick, cada niño avanza a su ritmo gracias a un método único basado en la inteligencia artificial que los sitúa justo en el nivel que precisa: donde se sienten seguros y, a la vez, preparados para aprender conceptos nuevos. Por eso, nos gusta explicar que somos capaces de cocinar platos de matemáticas distintos para cada uno de nuestros niños. Cuando el programa le pone un test de repaso de lo que ha aprendido, se le da un diploma que, en su mundo virtual, queda colocado en una librería. En el mundo real, los padres pueden imprimirlo.
Aunque en Smartick tenemos a tantas niñas como niños y lo hacen igual de bien, nos preocupa cuando leemos noticias en las que se explica que hay chicas que se sienten menos seguras que ellos con los números, como ocurrió hace unos días. Nosotros creemos que, para cualquiera, es muy bueno saber quitarse la presión e influencia del grupo y que, a veces, las niñas no reciben los mejores mensajes sobre las posibilidades que se les abrirían dominando los números. Seguramente, lo que más necesitan es modelos estimulantes. Por eso, Manuel León, fundador del Instituto de Ciencia Matemáticas (ICMAT) escribía hace unos días que las matemáticas de la película Figuras Ocultas había hecho más por la divulgación entre las niñas que años de otros esfuerzos.
Afortunadamente, desde hace unos años Ada Lovelace ha dejado de ser una figura oculta. Quizás le falte una película de Hollywood con ganas de reventar la taquilla, aunque nos hemos enterado de que ya están en ello. La historia se la merece. Ada era hija de Lord Byron. Ja. Pero esa es una primera frase. Se podría haber quedado ahí, como “hija de” y no precisamente de un cualquiera. Sabemos lo que le fascinaban las matemáticas y las máquinas por su correspondencia con Charles Babbage sobre la Máquina Analítica que quizás hubiera existido si le hubieran hecho más caso a Ada.
La educación le venía mucho a la matemática de su madre, Anna Isabella Byron, o Lady Byron, quien después de tenerla se divorció del poeta romántico, algo que no era muy habitual en la época. Lady Byron procuró que a Ada le gustaran las matemáticas y la lógica y lo consiguió. La niña quería ser capaz de construir una máquina que volara y, cuando conoció a Babbage, enseguida compartieron sueños. Desde hace varios años, hay en marcha iniciativas para reconocer los méritos de esta matemática victoriana, desde un día con su nombre y conferencias, al doodle de Google.
Un homenaje que le podrían rendir las niñas es programar con Madewithcode, la iniciativa precisamente de Google para que se animen a ser pequeñas Adas Lovelaces.
Ada Lovelace soñó con volar, su madre le dio una formación con tutores, de álgebra, de música, de literatura y también tenía deberes. Le hubiera gustado saber que, dos siglos después de su nacimiento, una película sobre las mujeres detrás de los ordenadores que mandaron cohetes al espacio fue importante para animar a más niñas a enamorarse de las posibilidades de los números. Niñas que lo tienen ahora mucho más fácil que ella, pero a las que, en algún caso, les hace falta creer que claro que pueden. En Smartick estamos para ayudarlas y para que nuestra particular Ada Lovelace sea una de las que dan sus diplomas. Feliz Día de la Mujer en la Ciencia y en la Tecnología. Celebremos que millones de niñas tienen la oportunidad de perseguir sus sueños.
Para seguir aprendiendo:
- Lady Matemáticas
- Forbes Argentina: ¿Por qué a las niñas les cuesta más la matemática?
- El hilo que nos conecta matemáticamente con griegos, romanos y árabes
- Aspiraciones de Higgs y bosones
- El sabor de las matemáticas