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30Dic

El filósofo David Cerdá, el bullying y el proyecto Thinking

En este texto, el ensayista, especialista en filosofía, David Cerdá explica cuál ha sido su aportación a los diálogos de Socra-Tick en Smartick Thinking. De una manera sutil, inicia a los niños en unos diálogos que harán que se enfrenten a situaciones de bullying mejor armados desde la ética.

Los principios

He defendido en muchos sitios que los valores no cumplen ningún papel importante en la psicología moral, esto es, en el modo en que decidimos comportarnos y finalmente nos comportamos, en cuanto a su valoración moral; a un tiempo, he intentado destacar la función que cumplen los principios.

También he explicado que estos son algo así como algoritmos morales: reglas de conducta que cursan en pensamientos instintivos que nos llevan a hacer lo correcto. La moral, en este sentido, se siente, y educar el corazón es en definitiva educar el instinto, porque, enfrentados a una situación demandante, no hay tiempo para la reflexión, que es, en cambio, un gran «entrenador» del sentimiento y el instinto. Desde esta perspectiva, no extrañará a nadie que me estimulase el desafío de trasladar todo ello a diálogos que entrenasen la conciencia de los chicos de entre 8 y 11 años de la mano de Smartick.

¿Cómo lo hemos hecho?

¿Cómo hemos abordado el trabajo? De la forma, me parece, únicamente posible: huyendo de lo conceptual y encarnando cada idea en situaciones reales que los pequeños comprendan. Los diálogos con un robot virtual proveniente de otro planeta permiten a los chicos reflexionar desde la adecuada distancia crítica, creando un especio de seguridad para que logren ajustar sus respuestas futuras sin tener que encarar situaciones reales y demasiado presentes.

Así está pensado esta vía de educación ética: como un complemento ideal a la vida. Ha sido por tanto una especie de viaje de ida y vuelta, pues los conceptos y teorías éticas no son más que la conceptualización de los mejores comportamientos reales. Se ha buscado la frescura y se ha contado con el extraordinario y natural aliado de la inocencia de quienes aprenden, en este caso, con una herramienta digital que les asiste.

Conversación con Socra-Tick. Bullying.

Ética para valientes

Los asuntos tratados fueron los que investigué en Ética para valientes, que a fin de cuentas recoge lo que sé sobre esta materia. De los sentimientos esenciales —vergüenza, compasión, reverencia— a las ideas esenciales sobre uno mismo —autorrespeto—, lo que hemos hecho es camuflar una arquitectura moral universal con el manto de una cercana mayéutica. El resultado debe ser un entrenamiento en filosofía moral sin libros que además entretenga, y el resultado, una mejora personal de los chicos en su toma de decisiones futura que ha de cursar en mejores vidas individuales y una mejor sociedad para todos.

Libro Ética para valientes de David Cerdá.
Ediciones Rialp

Honor ético

¿Cuáles son los fundamentos del «honor ético», versión más avanzada de la moral que describo en el libro? En la base del honor ético hay una serie de sentimientos morales, entre los que destacan tres, que siguen otras tantas direcciones: como sentimiento descendiente, la vergüenza, que es un malestar ante lo inferior (ante lo indigno); como sentimiento horizontal, la compasión, una especial proximidad ante lo igual (mi prójimo); como sentimiento ascendente, la reverencia, la admiración ante lo superior (la conducta honorable y, en su cumbre, la heroica). El honor se siente, y la gente que hace lo correcto lo hace en definitiva porque así lo siente. Por supuesto, la razón está unida al sentimiento por mil puntos, y lo que está bien puede razonarse y además ayuda hacerlo; es lo que hacemos con esta propuesta.

Pero lo que más nos impulsa a hacer el bien es el corazón convenientemente educado, y por eso hacemos especial hincapié en los sentimientos. Si, cuando la cosa se pone fea, la persona honorable no suele dudar y, como accionado por un resorte, actúa, es justamente porque le motiva y emociona hacer lo correcto.

El coraje

Decía Winston Churchill que el coraje es la primera de las cualidades humanas, porque es la cualidad que garantiza todas las demás; estoy completamente de acuerdo. El miedo es una emoción; la cobardía, en cambio, es un comportamiento. La experiencia nos dice que las personas buenas son fundamentalmente personas valientes, y que la valentía, al ser un comportamiento, puede enseñarse y uno puede elegir hacerse valiente. Una persona es moralmente soberana cuando además es libre y autónoma. La libertad completa no consiste solamente en que a uno no lo opriman, sino que además hay que ser responsable y conocer y resistirse al tirano que habita en nosotros.

Ser libre no es pues que a uno no le impidan nada, sino que implica también responsabilidad, esto es, dar respuesta a un prójimo que me observa y cuyo sufrimiento me exige. Sin responsabilidad y sin deberes no hay verdadera sociedad, sino un equilibrio de intereses siempre al borde del precipicio. Que la responsabilidad haga falta no es una circunstancia triste de nuestra naturaleza, sino gozosa. Existen otras razones para comportarse moralmente, pero ninguna es más poderosa y, por lo tanto, mejor, que conquistar ese orgullo noble y alegre al que precisamente llamamos «pundonor».

Primeras piezas

Nuestra vida moral —la historia de nuestra dignidad— es una aventura maravillosa. La ética nos habla, en definitiva, del sentido. Combatir por el bien, la belleza, la verdad y el amor: esas son nuestras grandes epopeyas, y fuera de ahí no hay épica, hay mera supervivencia. Las personas éticas, es decir, valientes, es decir, honorables, luchan por mantenerse erguidas, respetar unos principios y defender a sus semejantes, en especial a los más expuestos y los más frágiles. Claro que en el ámbito de la moral existen atenuantes, la suerte y un sinfín de matices; pero la verdad moral existe, y nos obliga. Todo esto puede resultar apabullante para un menor, y por eso no se aborda de frente; tan solo se ponen algunas primeras piezas para enlosar adecuadamente su camino, que deberá recorrer a medida que madure.

Bullying

Todo esto es lo que hemos trasladado a nuestra herramienta de aprendizaje ético, enfocándonos en uno de los principales dilemas a los que se enfrentan los chavales: qué hacer ante el bullying. Hemos querido ayudar a chicas y chicos en el proceso de entrenamiento de su conciencia.

La tecnología no es enemiga de la humanidad en modo alguno, como algunos piensan. Tan solo hemos de escoger las mejores y ponerlas en marcha por el bien de todos; pasar de ser consumidores a creadores, y empujar a los más jóvenes a que hagan otro tanto. Los tiempos, complejos y fascinantes, nos exigen que demos nuestra mejor medida, evitando ambos extremos, tanto la negación de las bondades del progreso como la asunción acrítica de todo lo nuevo. Estos diálogos quieren ser una muestra de que esta vía media y lúcida es posible. Y si esta aventura merece la pena es porque mejora el mundo en el eslabón más frágil pero también más precioso y esperanzador que tiene: los menores.

David Cerdá para Smartick. 

Para seguir aprendiendo:

La diversión es la forma favorita de aprender de nuestro cerebro
Diane Ackerman
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Berta González de Vega

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