Pensaban que no les iba a tocar. Suele pasar con muchos sorteos. Ignacio, de 13 años, siguió haciendo sus sesiones y acumulando papeletas para poder irse a Disney con su familia, los González-Blanch. Fue una motivación extra aunque es un chico muy responsable que lo hace casi a diario. Pero les tocó y, hace unas semanas, se pudieron ir los padres, Ignacio, su hermana Blanca de 15 años y Juan, de diez. “No teníamos nunca claro que hubiera necesidad de ir a Disney, no lo hubiéramos hecho por nuestra cuenta, sí que pensábamos que París merecía la pena, claro. Pero ha resultado ser un buen plan familiar, hemos disfrutado una barbaridad”, nos cuenta Juan, el padre, desde Sevilla, donde viven.
Cuando llamamos desde Smartick a dar la buena noticia nos costó localizarle. “Estaba trabajando y me sorprendió mucho”, explica. Ignacio ni siquiera estaba en Sevilla cuando se lo dijeron. “Estaba en un campamento en Santander, nos coordinamos para grabarle la reacción y no se lo podía creer, pensaba que le estábamos gastando una broma. Se convirtió en la noticia del campamento”, explica su padre.
Sobre la rutina con las sesiones de Smartick, Juan explica que “Ignacio venía motivado de serie. Le ha gustado hacerlo desde el principio porque es un niño que disfruta con los ordenadores, el coding, las matemáticas… Ya había participado en el sorteo varios años, porque lleva años haciéndolo, pero nunca lo hacía con la esperanza de que le tocara”. Y vaya que lleva años porque en esta familia apuntaron a sus hijos “cuando aprendían a leer, con seis o con siete años”. Como pasó con su primo, porque llegaron a Smartick por un sobrino de Juan. “Fue mi hermano el que me lo recomendó, fue él quien descubrió Smartick. Lo probamos con Blanca y nos encantó”, cuenta el padre. Tener ejercicios diarios adaptados a su nivel ha supuesto que “nos olvidemos de las matemáticas”, nunca han sido un problema en su casa.
A pesar de que solemos recomendar que los niños hagan las sesiones solos, a Juan le gusta acompañarlos, estar a su lado, ver lo que iban haciendo. Y a ellos sentir a su padre cerca. “Aunque hice ADE, me encantan las matemáticas, hice ciencias puras en Bachillerato”, explica Juan, que entiende de sobra la importancia de la asignatura por cómo se relaciona con la tecnología. “Creo que la gente se da cuenta cada vez más de que una buena base de matemáticas es necesaria para avanzar y te estructuran de alguna manera la cabeza”, añade.
Todavía queda camino, hay padres que no ven tan normal dar un extra de matemáticas, pero Juan prefiere gastarse ese dinero “a salir más a la calle”. Sabe que detrás de Smartick hay un equipo grande y un programa que se enriquece cada cinco semanas y “eso hay que valorarlo”.
En su casa, usan las pantallas para fines educativos porque la tele siempre se ha puesto a condición de que fuera en inglés: “Y lo saben bastante bien”. De las otras pantallas, “estamos pendientes de que no abusen”.
Siempre es un placer charlar con familias Smartick. Y una alegría que la familia de Ignacio haya disfrutado tanto con el viaje. Más que merecido. Juan seguirá haciéndolo, hasta llegar a nuestro fin del mundo, como sus hermanos. Y, a lo mejor, de nuevo a Disney.
Para seguir aprendiendo:
- Padres Smartick que se ocupan de las matemáticas de sus hijos
- La niña a la que Smartick le hizo poder elegir Matemáticas
- “Cambiamos de Kumon a Smartick por la movilidad”
- «Tiene talento matemático. En el colegio se aburría porque podía hacer mucho más»
- “Smartick me ayuda con los deberes de mis hijos”