La Técnica Pomodoro y las matemáticas

Con nuestra capacidad de concentración cada vez más disminuida, abundan los consejos sobre cómo conseguir quitarnos de las distracciones. Una de las mayores expertas en cómo aprender a aprender, Barbara Oakley, es muy fan de la Técnica Pomodoro, un reloj con forma de tomate -de ahí su nombre italiano- usado para controlar los tiempos en la cocina. Oakley aconseja ponerlo en marcha para mantenerse durante 25 minutos alejados de cualquier distracción. Correos nuevos en el buzón, notificaciones en las redes sociales o mensajes en el teléfono móvil. La idea es permanecer durante ese tiempo con la atención totalmente enfocada en la tarea que se está realizando.

Con Smartick no hace falta porque nuestro método lleva ya la Técnica Pomodoro incorporada. Las sesiones diarias de matemáticas no duran más de 15 – 20 minutos. Hace ya diez años el equipo empezó a pensar en el diseño de unas sesiones personalizadas de matemáticas para niños. Supimos al ponernos a estudiar neurología del aprendizaje que ese era el tiempo idóneo para mantener la concentración. Cuando leímos a Oakley hablando de la Técnica Pomodoro nos dimos cuenta de que, sin conocerlo, lo habíamos incorporado a nuestro método. Quizás por eso admiremos tanto a la ingeniera y ella nos recomiende para que los niños aprendan matemáticas de manera personalizada.

El diseño de las sesiones está hecho, además, para mantener la atención de los niños durante ese tiempo. Cuando contestan a una pregunta, saben de inmediato si lo han hecho correctamente y ese feedback les mantiene interesados en la sesión, además de enseñarles a manejar su frustración.

Sabemos el grado de concentración que mantiene cada niño mientras hace su sesión porque medimos lo que tardan en resolver cada ejercicio. Al acabar, los padres reciben un correo con los contenidos que han trabajado, el porcentaje de aciertos que han tenido y la hora exacta a la que se han conectado. Además, en la web de padres pueden ver cómo han hecho y el tiempo exacto que han tardado en resolver cada problema.

Nuestro método fomenta así en los niños la capacidad de mantener la atención, una cualidad que cada día va a ser más valiosa. Cuando se habla de habilidades sociales o competencias de la nueva educación, los expertos empiezan a resaltar como algo crucial para el éxito académico y laboral desarrollar esta capacidad de mantener la atención, como bien señaló Daniel Goleman en su último libro, Focus.

Para saber más de cómo va a influir esta capacidad conviene leer ese volumen del padre del concepto “inteligencia emocional”. También el último volumen de Barbara Oakley sobre cómo ayudar a  nuestros hijos a aprender. Y Flow, de Mihaly Csikszentmihalyi, que explica cómo estar en un estado de concentración también ayuda a la motivación.

Lecturas recomendadas:

• Barbara Oakley: Learning How to Learn: How to Succeed in School Without Spending All Your Time Studying; A Guide for Kids and Teens.
• Mihaly Csikszentmihaly: Flow: The Psychology of Optimal Experience.
• Daniel Goleman: Focus.
• Blog Mejor Educados: La capacidad de concentrarse, la nueva inteligencia.

Para seguir aprendiendo:

• Smartick, Kumon y Khan Academy en el libro de Barbara Oakley para niños
• ¿Es similar aprender idiomas y matemáticas?
• Barbara Oakley comparte con Smartick su visión sobre la educación
• ¿Es recomendable limitar el tiempo de pantallas de los niños?
• Barbara Oakley: las matemáticas abren las puertas de todas las carreras

La diversión es la forma favorita de aprender de nuestro cerebro

Diane Ackerman

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• 15 minutos diarios
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Berta González de Vega

Cree que no sabe ser más que periodista y, por curiosa, anda ahora entusiasmada leyendo sobre la enseñanza de las matemáticas, de la comprensión lectora y de educación en general. Si se le hubieran dado mejor los números, puede que hubiera sido médico, como su padre y como su abuelo. Pero, además de sentirse apabullada por las derivadas, se le cruzó un reportaje de la revista Rolling Stone aquel año que pasó en Seattle. Domina el inglés y nunca pensó en las matemáticas como en el verdadero lenguaje universal. Es trotadora de paseo marítimo de Torremolinos y tiene tres hijos que coleccionaron ticks de Smartick: Pablo, Luis y Berta.

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