Carlos Mazuecos, 11 años, ha acabado el plan de Smartick.
Carlos tiene 11 años, le encantan las matemáticas, está aprendiendo a tocar el piano, es del Atlético de Madrid y ha terminado el plan de estudios de Smartick. Sí, con 11 años. Pero es que tiene mucha facilidad. Tanta que, en su colegio, el Maristas de Chamberí, le dejan pasarse a las clases de matemáticas de la ESO, para que no se aburra en las que les toca por edad. Como se resiste a acabar nuestro plan, en el que ya se ha ganado todos los diplomas con nombres de matemáticos, sigue haciendo sólo problemas de lógica. Él ha acabado lo que otros consiguen con dos años más y es justo eso a lo que nos referimos cuando decimos que Smartick es un método personalizado. Carlos podía ir a ese ritmo. Por eso, además, tenemos contenido especial para niños de altas capacidades.
Su madre conoció a Smartick en una revista y probó. Eran los albores del programa. Duraron un tiempo y lo dejaron. Después, al cambiarse de colegio, llegaron al Maristas de Chamberí donde Smartick es curricular. Pero no tocaba en la clase de Carlos, aunque sí en la de sus hermanos pequeños. Y él quiso hacerlo también “Dije, bueno, voy a probar y me acabó gustando mucho”.
¿Crees que las matemáticas son importantes?, le pregunto. “Mucho, para todo. Por ejemplo, cuando vayas a comprar algo, para que no te engañen”. “En mi clase, hay gente que les gusta las matemáticas y a otros no tanto. Normalmente, a los que trabajan sí que les gustan”, explica.
¿Qué era lo que más te gustaba de Smartick?: “Me gusta la lógica y razonar por qué se hacen de una manera los problemas. Me gustaba todo. Me gusta todo siempre y cuando se aprenda”. Y le gustó mucho, cuenta, cuando un día, en casa, le vieron unos primos mayores y uno de ellos dijo: “Hala, pero si estás haciendo ecuaciones, que estamos haciendo nosotros”.
Carlos era de los que usaba la posibilidad de hacer competiciones con otros niños en el mundo virtual: “Estaba en el top de las competiciones. Y cuando jugaba, les invitaba para ser amigos. Tengo una hoja entera de amigos”. En Smartick, al acabar la sesión, los niños pueden ir a su habitación virtual, donde van acumulando las cosas que compran con los tics que consiguen en cada sesión. A Carlos, como a otros niños, se le ha quedado pequeña: “Las casas deberían ser más grandes”. Él, por ejemplo, acumula varias mascotas.
Uno de sus jugadores favoritos es Fernando Torres, pero él, de mayor, no quiere ser futbolista, quiere estudiar algo relacionado con los números. Le digo que, a lo mejor, en los telediarios deberían salir los científicos tanto como los deportistas: “Claro, aunque no salga en la portada principal, pero que lo pongan al final”.
Su madre, Glafira, explica que en su casa siempre se han fomentado mucho las matemáticas. Ella es aparejadora y su marido economista. Cuenta que, durante un verano entero, los niños estuvieron haciendo Smartick: “Les encantaba”. “Somos forofos”, dice. Desde este equipo seguiremos intentando que lo sean. Y que todos los niños acaben el plan de Smartick tan contentos como Carlos.
Para seguir aprendiendo:
- “Me divierte cuando hay problemas de pensar mucho”
- «Quise Smartick para reforzar los deberes del colegio»
- «Descubrí Smartick porque pensé que tendría que haber algo como Kumon online»
- “Smartick me interesó por ser online, desde casa”
- “Les gusta cuando en el colegio dan algo que han visto en Smartick”