Smartick tiene un final, por mucha pena que nos dé a veces o por mucho que algunos padres nos digan que por qué no incorporamos contenidos de matemáticas más avanzados para niños más mayores. Y es verdad que tomamos nota pero, como la canción del Final del Verano, llega un momento en el que los niños alcanzan El Fin del Mundo Smartick. Los hay que lo han hecho de manera tan constante, tan bien, que incluso llegan antes de lo previsto. Les pasó a Cosme y a Maite, dos hermanos que, pese a haber acabado, entran en el Mundo Virtual y así siguen de alguna manera unidos a nosotros, cosa de la que nos alegramos. Aquí contestan los dos.
¿Cómo recordáis los inicios en Smartick? ¿Por qué os apuntaron?
Cosme: La verdad es que lo recuerdo como una nueva experiencia y algo emocionante. Primero me resultaba un poco difícil encajar las sesiones en el horario pero, con el paso del tiempo, me fui adaptando y cada vez lo hacía mejor.
Maite: Al principio lo recuerdo un poco confuso, porque era la primera vez que hacía algo así. Pero luego, como mi padre me ayudaba, fui cogiendo soltura hasta que pude hacerlo yo casi todo. Nos apuntaron porque querían que no tuviéramos problemas con las matemáticas.
¿Qué es lo que más os gustaba? ¿Cómo conseguían vuestros padres motivaros para que lo hicierais?
Cosme: Lo que más me gustaba era trabajar con la máquina. Como solo eran unos quince minutos al día, y los retos no más de cinco o diez minutos más, no me parecía tanto.
Maite: Lo que más me gustaba era la parte de lógica, porque había una especie de sudoku que se me daba bien. Y que después de la sesión diaria podíamos hacer retos o juegos.
¿Notasteis en el colegio que mejorabais en matemáticas haciendo Smartick?
Cosme: Si, porque la mayoría de las cosas me sonaban y las sabía. Mis notas en matemáticas han ido progresado y estoy muy agradecido por ello.
Maite: Sí, mucho. Sabía muy bien las unidades de clase e iba un poco más adelantada que los demás.
¿Os gustan las matemáticas? ¿Por qué creéis que son importantes?
Cosme: Sí, porque en realidad vas aprendiendo niveles cada vez más difíciles. Creo que son importantes porque se necesitan para casi todo.
Maite: Sí, es mi asignatura favorita. Me parecen importantes porque nos ponen problemas para ejercitar nuestra mente y es la actividad en la que me siento más segura para ir avanzando.
¿Les gustan las matemáticas a vuestros amigos?
Cosme: Ni fu ni fa. A algunos si les gusta, pero son pocos.
Maite: A la mayoría de mis compañeras les encantan las matemáticas, sobre todo a mis mejores amigas.
¿Por qué seguís entrando en el mundo virtual? ¿Cuál era vuestro juego favorito?
Cosme: Porque yo al menos no me quiero desfasar y perder el ritmo de mi clase. El juego que más me gusta de todos es el Bola pang.
Maite: Porque quiero mantenerme en forma en los retos, y los juegos me ayudan a pensar de una manera distinta cada uno. Entre los de atención, el Intruso; entre los de memoria, el Simón; entre los de percepción, el Bola pang; y entre los de razonamiento el Torus.
Nota de los padres:
“Al principio estaban muy entusiasmados porque la corrección automática de sus errores, aunque les frustrara en ocasiones, los incentivaba para superarlos en las siguientes sesiones. Pero no siempre se encontraban con las mismas ganas del comienzo, desde luego. Ha habido mucha negociación para motivarlos, bastantes compromisos y no pocas advertencias de cambios de planes. Pero, en términos generales, salvo días contados, asumían sus obligaciones. Aunque durante sus suscripciones tenían temporadas más desganadas, o unidades menos interesantes, o periodos más estresantes, conforme iban dándose cuenta de que iban más allá del temario del colegio, ampliándolo o reforzándolo, fueron interiorizando los beneficios y el sentido de las actividades diarias”.
En este párrafo está resumido gran parte de lo que vamos descubriendo de Smartick con los padres: hay baches de motivación que se superan con un empujón necesario de los mayores y, más adelante, cuando se ven resultados en el colegio, los niños se motivan solos porque aprecian el sentirse cómodos y con confianza en una asignatura que se le atraganta a otros.
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