María Valverde ha llegado al fin del mundo Smartick, que siempre pensamos que tiene que ser el principio de muchos mundos. Para María está siendo el principio de una elección que le trae un poco de cabeza porque no sabe si hacer bachillerato tecnológico o no. Y eso que no tiene por qué, está todavía en tercero de la ESO. Pero es una angustia que, a nosotros, nos alegra y ahora lo explica ella misma.
“Me habéis ayudado un montón, de verdad que no os podéis imaginar cuánto”. Eso nos lo dice de viva voz y nos hace mucha ilusión, pero es que nos lo dejó también por escrito, en un mensaje en el pozo de las sugerencias. Para los que no nos conozcan, nuestros alumnos tienen en su mundo virtual, al que acceden después de los 15 minutos de matemáticas, un pozo de las sugerencias con el que se comunican con el equipo. Con peticiones de todo tipo que nos suelen divertir, con ideas estupendas que tratamos de satisfacer y con frases que, a veces, cuesta descifrar.
Uno de estos días, llegó el de María y nos hizo muy felices:
“Muchas gracias! Voy a echar mucho de menos Smartick…He aprendido mucho y he mejorado una barbaridad gracias a TODOS vosotros. Los que planeáis los problemas, los que os encargáis del pozo, los del diseño y todos lo demás. Gracias! Os voy a echar de menos y a Smartick también! 🙁 Pero por otro lado estoy feliz porque me lo he pasado genial haciendo matemáticas y nunca hubiese apostado a que pasaría. No se me daban bien (de ir con 6 y 7) y ahora sí (8, 9 y 10)…os quiero!”
Nos derretimos, claro.
María es el ejemplo total de por qué nacimos. Cualquiera sabe que con 15 años, cuando hay que elegir si abandonar o no las matemáticas, para demasiados niños esa decisión no es un problema porque mucho antes las matemáticas les han dejado a ellos. Es más, ese momento se ve como un alivio, ha llegado por fin la oportunidad de dejar de sufrir y de aburrirse. Tanto Daniel González de Vega como Javier Arroyo, los fundadores de Smartick, han explicado en ocasiones lo nefasto que es esto para el progreso de un país. Que no todos tenemos que ir a carreras tecnológicas o científicas pero, desde luego, conviene que sea por una elección plenamente consciente que no tenga que ver con estudiar cualquier cosa con tal de no cruzarnos con las matemáticas nunca más.
Y, ahora, María felizmente se encuentra con ese dilema. Con su esfuerzo y constancia, con las sesiones de 15 minutos, hemos conseguido que ahora tenga todas las puertas abiertas y eso, además, ahora le crea cierto desasosiego. Del que nos alegramos, claro. Porque, como han podido apreciar en su mensaje, es una niña que escribe correctamente. Tanto que este año fue de las finalistas en el premio de relatos de Coca Cola en Málaga. Le puede tentar cualquier cosa que tenga que ver también con la escritura.
María recuerda que las primeras sesiones de lógica le impresionaron: “No sabia que iba a poder”. Y claro que ha podido. Ahora, cuando llega a casa, no es tomar la merienda, deberes y Smartick, la rutina de cientos de tardes. Pero ahí siguen sus hermanos, Alicia y Paco Eloy, unos fenómenos.
María define su relación con las matemáticas en primaria como “muy chunga”. “Me veía como una negada” y no le hizo especial ilusión que sus padres le apuntaran a Smartick: “Estaba hasta el gorro de las mates, pues más matemáticas”. En Secundaria, un paso que para otros niños es muy duro, María mejoró con las notas hasta el sobresaliente y no le dio miedo cuando la profesora explicó que “las matemáticas son como un lenguaje y todo está conectado”, porque se había dado ya cuenta con sus sesiones de Smartick. “Pasé de 6 y 7, 8 y luego 9, e incluso llegué a sacar un 10”, nos cuenta.
Smartick le ha hecho ganar confianza, explica. Ya no se pone nerviosa cuando le entregan un examen de matemáticas. Ahora “sólo” le angustia tener que elegir Bachillerato. Y nosotros nos alegramos de haber ayudado a que llegue a esa incertidumbre. La vamos a echar de menos. Pero seguiremos sabiendo de ella.
María ha hecho 1.048 sesiones de Smartick y lleva con nosotros desde agosto de 2014. Muchas gracias a María por su constancia y esfuerzo y a sus padres por confiar en Smartick.
Para seguir aprendiendo:
- Deseos del Pozo de las Sugerencias de Smartick
- Smartick: donde viven los números
- “El conocimiento te hace más fuerte y eso lo logró Smartick con mi hijo”
- «Yo miro, oigo y callo. Hay que dejar que hagan solos Smartick»
- «Smartick ayuda mucho a que les guste las matemáticas»