Mónica es madre de dos niños Smartick, Aaron y Conor. Lleva 25 años viviendo en Londres y es una apasionada de las matemáticas. De hecho, actualmente está estudiando la carrera de matemáticas, mientras sigue con su trabajo habitual y sus dos hijos van creciendo. Es una madre de las que está muy pendiente de que sus hijos hagan la sesión a diario, pero justo la pillamos en un aeropuerto, con temporal, y con ganas de descansar en Noruega. Después de dos años, esos días los niños no harán su sesión, pero se lo perdonamos porque tienen una asistencia muy buena. Siempre decimos que no somos un milagro, que no funcionamos si sólo se hace Smartick un par de días a la semana.
¿Cómo conociste Smartick?
Por una casualidad. Estaba pensando llevarlos a Kumon pero me mandó una amiga un artículo en el que, además de Kumon, se hablaba de Smartick y, además, ella ya había oído hablar de vosotros muy bien.
¿Por qué te planteaste que hicieran algo de refuerzo de matemáticas?
Porque en el sistema británico no hay muchos deberes y no me enteraba muy bien de por dónde iban en el colegio, de cómo avanzaban. No sabía qué estaban haciendo, porque sólo suelen traer una hoja de ejercicios para toda la semana. Lo empecé con el pequeño, porque era con el que menos me enteraba de qué hacía, y al mayor le daba envidia. En el colegio van bien, según me dicen los profesores y ellos.
O sea, que es normal que por las tardes, los niños hagan cosas extras al colegio.
Sí, van mucho a Kumon, por ejemplo. Aunque a los profesores no les suele gustar mucho, dicen que no aprenden el por qué hacen las cosas, que es muy mecánico.
Lo bueno de Smartick, de estar on line, es que podemos meter distintos enfoques…
Sí, un día mi hijo mayor, Aaron, vino diciendo que había usado un truco de Smartick para resolver algo en un examen en el colegio y que el profesor le había pedido que lo explicara en la clase.
Entiendo qué después de dos años, a veces se quejen de tener que hacerlo. ¿Cómo consigue motivarles?
Bueno, es que hay que hacerlo. Aunque antes era mucho más estricta. Ahora, algunos fines de semana que salimos de casa no les obligo a hacerlo. Y en verano hicimos un trato de que un día sí y otro no. Nos gusta verles practicar. Y ahora a Conor le está viniendo muy bien para entender mejor las fracciones.
¿Les gusta la lógica?
Sí les gusta y preguntan que por qué no hay más. A veces, les parece complicado. Se quejan cuando viene el correo y dice que no se han esforzado lo suficiente. Y entonces lo miro yo y les digo que se paren más a pensar, que lo hagan más despacio.
¿Por qué decidisteis que fuera un refuerzo en matemáticas?
Bueno, también leen bastantes y yo me pongo con ellos y la gramática española. Pero a mí personalmente me apasionan las matemáticas. Me encanta explicarlas.
Pero no ayuda a sus hijos con Smartick…
No, claro, lo hacen ellos solos, si no sería engañar al programa.
Cuando dudaba entre Kumon o Smartick, ¿no desconfió de algo on line?
Pensé que a los niños les gustaría más que fuera en el ordenador y como trabajo en una compañía de software, no desconfiaba.
Para seguir aprendiendo:
- «Descubrí Smartick porque pensé que tendría que haber algo como Kumon online»
- Mis hijos hacen Smartick porque quiero abrirles el máximo de puertas en el futuro
- «Comparado con Aloha y Kumon, Smartick, desde la tablet, me pareció perfecto»
- «Smartick se refleja en sus resultados académicos»
- “Los 15 minutos de Smartick ya son una costumbre en casa”
Espero me ayude porque me interesa que mis hijos aprendan