Stella tiene 7 años y vive en Alemania. Empezó a hacer Smartick poco antes de cumplir 4 años y ya lleva casi 1.100 sesiones con nosotros. Entrevistamos a su madre, Silvina, que está convencida de que el método funciona y muy contenta con todo el equipo Smartick. Además, valora muy positivamente que su hija conozca los términos matemáticos en español gracias a hacer su sesión diaria de matemáticas en este idioma.
¿Cómo conociste Smartick?
En un grupo de madres que hacían el método Doman con sus hijos. Una mamá estaba contenta con el método Smartick, me contó su experiencia y me habló sobre los días de prueba. De esto hace ya casi cuatro años. ¡Ahora soy yo la que recomiendo Smartick! Estoy convencida de que funciona y muy contenta con el equipo de profesionales que hay detrás, siempre dispuestos a ayudar y a resolver las dudas de padres e hijos tanto a nivel de contenidos como emocional.
¿Por qué crees que es importante un refuerzo en matemáticas? Si se lo cuentas a conocidos, ¿lo entienden o lo ven como una extravagancia?
Creo que un refuerzo es conveniente porque complementa lo que hacen en el colegio respetando el ritmo de cada chico. Y antes de empezar la primaria es muy importante porque, a través del juego, enseñan a pensar de un modo lógico y estratégico a los niños.
Algunas personas piensan que es algo genial, otras creen que es cargar a los chicos de más actividades innecesarias. Algunos dicen que si se adelantan al programa de la escuela luego se van a aburrir, otros dicen que es mejor dejarlos ser niños, etc. Muchas de esas opiniones parten desde la ignorancia, por eso, por mi parte intento mostrarles una sesión, decirles que son solo 15 minutos diarios y que no se tortura a nadie.
¿Has conseguido que en casa hacerlo sea una rutina? ¿Cómo lo has hecho?
Sí, con paciencia y poco a poco. Para ella es muy importante mantener la regularidad. Es su decisión si hace la sesión o no. Pero es verdad que cuando son pequeños hay que recordarles que les toca la sesión, de otro modo se olvidarían. Y dependiendo de la edad estar cerca de ellos cuando la hacen, no para ayudarles, claro que no, pero para evitar que se dispersen tanto y para que nos puedan mostrar sus logros. Cuando tienen cuatro años están felices de esos 15 minutos compartidos. Poco a poco se van haciendo más autónomos y muestran la sesión al final, contentos con las estrellas que ganaron.
Debo decir que por períodos larguísimos mi hija mantuvo una asistencia perfecta y cuando la perdió fue por problemas ajenos a ella como falta de conexión, viajes, quizás porque no estuvimos en casa y luego estaba cansada y se durmió, cosas así. En los períodos que noté que caía la motivación utilicé la sección de recompensas personalizadas de la web de padres y funcionó.
¿Qué es lo que más te gusta del método?
Que los niños son los primeros en darse cuenta de que funciona. Además toman consciencia de lo que significa pensamiento lógico, estrategia, resultados diferentes, series, patrones. Creo que un niño que empieza Smartick a los cuatro, a los siete puede definir con sus palabras muchos conceptos matemáticos que ha aprendido inductivamente y que otros niños de la misma edad ni saben que existen.
¿Crees que la gente en general aprecia lo importante que son las matemáticas y el razonamiento matemático?
Creo que sí, que todo el mundo se da cuenta lo importante que son para la vida en general las matemáticas, aunque exista el trauma del colegio que continúa persiguiendo a muchos adultos.
¿Habéis dicho algo en el colegio?
No, creo que no lo entenderían pero porque se trata de un colegio con una metodología muy especial. Sin embargo lo he recomendado a profesores de matemáticas de otras escuelas. A mis amistades recomiendo siempre el método cuando sale el tema del apoyo extra escolar para matemáticas.
Si pudieras mejorar algo -seguro que sí-, ¿Qué nos pedirías?
¡Que hicieran un Smartick para adultos! Algo tipo “gimnasia para el cerebro”. ¡Sería genial!
Para seguir aprendiendo:
- “Smartick me ayuda con los deberes de mis hijos”
- «Yo miro, oigo y callo. Hay que dejar que hagan solos Smartick»
- “Valen más 15 minutos al límite de la zona de confort que una hora sin reto”
- «Tiene talento matemático. En el colegio se aburría porque podía hacer mucho más»
- «Veo bien que Smartick les ayude a tener confianza con las matemáticas»